Retroalimentación negativa
Los mecanismos de retroalimentación negativa reducen la producción o la actividad para devolver un órgano o sistema a su rango normal de funcionamiento. La regulación de la presión arterial es un ejemplo de retroalimentación negativa. Los vasos sanguíneos tienen sensores llamados barorreceptores que detectan si la presión arterial es demasiado alta o demasiado baja y envían una señal al hipotálamo. El hipotálamo envía entonces un mensaje al corazón, los vasos sanguíneos y los riñones, que actúan como efectores en la regulación de la presión arterial. Si la presión arterial es demasiado alta, la frecuencia cardíaca disminuye a medida que los vasos sanguíneos aumentan su diámetro («vasodilatación»), mientras que los riñones retienen menos agua. Estos cambios hacen que la presión arterial vuelva a su rango normal. El proceso se invierte cuando la presión arterial disminuye, haciendo que los vasos sanguíneos se contraigan y el riñón aumente la retención de agua.
Bucle de retroalimentación negativa: El hipotálamo segrega la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que dirige a la hipófisis anterior para que segregue la hormona adrenocorticotrópica (ACTH). A su vez, la ACTH dirige a la corteza suprarrenal para que segregue glucocorticoides, como el cortisol. Los glucocorticoides no sólo desempeñan sus respectivas funciones en todo el cuerpo, sino que también evitan que se sigan estimulando las secreciones tanto del hipotálamo como de la hipófisis
El control de la temperatura es otro mecanismo de retroalimentación negativa. Las células nerviosas transmiten información sobre la temperatura corporal al hipotálamo. A continuación, el hipotálamo envía señales a varios efectores para que la temperatura corporal vuelva a los 37 grados centígrados (el punto de referencia). Los efectores pueden indicar a las glándulas sudoríparas que enfríen la piel y estimulen la vasodilatación para que el cuerpo pueda desprender más calor.
Si la temperatura corporal está por debajo del punto de ajuste, los músculos se estremecen para generar calor y la constricción de los vasos sanguíneos ayuda al cuerpo a retener el calor. Este ejemplo es muy complejo porque el hipotálamo puede cambiar el punto de ajuste de la temperatura del cuerpo, como por ejemplo aumentarla durante una fiebre para ayudar a combatir una infección. Tanto los acontecimientos internos como los externos pueden inducir mecanismos de retroalimentación negativa.
Control homeostático: Esta imagen ilustra los mecanismos de retroalimentación de los controles homeostáticos.