La leucemia promielocítica aguda (FAB M3) es un tipo único de leucemia mieloide caracterizado por rasgos clínicos, morfológicos, citogenéticos y moleculares específicos. Es necesario un diagnóstico temprano y preciso para iniciar la terapia y tratar la coagulopatía potencialmente mortal causada por la liberación de procoagulantes de los abundantes gránulos promielocíticos. Citogenéticamente la enfermedad se caracteriza por una translocación recíproca entre los brazos largos de los cromosomas 15 y 17, t(15;17)(q21;q22), que se observa en casi todos los pacientes con LPA pero en ninguna otra forma de malignidad. La presencia de esta translocación, a menudo como el único cambio cariotípico, sugiere que las secuencias potencialmente leucemogénicas están localizadas en los puntos de rotura y son activadas por el reordenamiento. La reciente clonación de los puntos de rotura por parte de tres grupos ha demostrado que el gen del receptor de ácido retinoico a (KARA) en el cromosoma 17 está fusionado con un gen del factor de transcripción no descrito anteriormente, PML, en el cromosoma 15. Los motivos de unión al ADN de las proteínas RARA y PML, junto con el dominio de unión al ligando de RARA, se combinan en una única proteína de fusión que puede desregular las vías sensibles al ácido retinoico o a la PML. La identificación de estos genes diana desregulados se ha convertido en el siguiente objetivo molecular de la investigación sobre la LPA. Curiosamente, algunas LPA no sólo expresan la proteína de fusión PML-RARA sino también la proteína de fusión recíproca RARA-PML, aunque la contribución de este producto no está clara. La proteína quimérica PML-RARA es presumiblemente el objetivo durante la sorprendente terapia de diferenciación lograda con el ácido todo-trans retinoico. Esta terapia induce a los promielocitos malignos a madurar y morir, en lugar de seguir proliferando. Además, representa la primera conexión directa entre un defecto genético y un tratamiento clínico. Una RT-PCR recientemente desarrollada para el mensaje de fusión PML-RARA también resulta prometedora para el diagnóstico y el seguimiento de la enfermedad mínima residual.

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