Lejos de ser sombrío, el comienzo del invierno ofrece un estimulante despliegue de paisajes nubosos siempre cambiantes. El adolescente experto en nubes Oliver Perkins describe el singular atractivo de los cielos nebulosos, y cómo pueden incluso ayudarnos a predecir el tiempo con más exactitud que las previsiones oficiales.
La ciencia que hay detrás de la predicción del tiempo
Entender los conceptos más básicos que hay detrás de la formación de las nubes es relativamente fácil y es clave para desvelar los secretos del tiempo. El hecho más importante es que el aire se enfría al subir. A medida que se enfría, no puede retener tanto vapor de agua, por lo que finalmente el vapor se condensa en nubes. En los meses de invierno, la mayor parte de la lluvia proviene de grandes zonas de baja presión atmosférica, conocidas como depresiones. La mayor parte del mal tiempo en las depresiones procede de los frentes, que son fronteras entre el aire más cálido y el más frío. Al aire de diferentes temperaturas no le gusta mezclarse, por lo que el aire más cálido se ve obligado a subir, y este movimiento provoca nubes, viento y, por supuesto, precipitaciones.
Consejos para los observadores de nubes
Lo mejor de la observación de las nubes es que usted mismo puede predecir el tiempo sin necesidad de ningún equipo. Las zonas con un horizonte amplio y sin obstáculos, como una colina o un edificio alto, son los mejores lugares para observar las distintas formaciones. El amanecer y el atardecer son, sin duda, los momentos clave para salir y disfrutar de los cielos nublados, ya que pueden ofrecer un colorido fascinante incluso en los días más apagados. Lo único que le sugiero que lleve es una cámara de fotos, para poder capturar los bellos paisajes nubosos. El invierno puede ser sinónimo de oscuridad, pero casi se garantiza un cielo emocionante el día antes de que se acerque un frente cálido. En definitiva, no hay mejor momento para salir al exterior y empezar a prestar más atención al paisaje sobre nuestras cabezas.
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