Si luchas por sentirte realmente solo en el mundo, te enfrentas diariamente a una de las experiencias emocionales más devastadoras de la vida. Más que la simple soledad de desear conectar con alguien, tienes la sensación de que no puedes conectar con los demás. Aunque disfrutes de las actividades en solitario, también te sientes dolorosamente solo. La verdad es que no es un problema fácil de resolver, pero hay un camino a seguir.
Las personas que luchan con este problema suelen sentir que tienen algún defecto que hace que los demás los rechacen. Y temen ser vulnerables a los demás y ser heridos por ellos. Para protegerse, se guardan activamente (aunque no necesariamente de forma consciente) de acercarse emocionalmente. Esto crea distancia con las mismas personas con las que quieren conectar.
Por lo tanto, mientras luchas por sentirte solo, es importante que te preguntes si realmente estás abierto a conectar con los demás. ¿O tu deseo de conectar se ve socavado por tus esfuerzos por protegerte a ti mismo? Tal vez rechaces a los demás antes de que puedan hacerte daño. Por ejemplo, puedes mostrarte distante u hostil; o incluso cortar una relación.
Reflexiona con curiosidad sobre las veces que te has sentido herido o rechazado. ¿Eras tan sensible a que te hirieran, o al miedo a que te hirieran, que reaccionaste de forma exagerada? ¿O la forma en que te trató tu amigo estuvo fuera de lugar? Si no puedes descifrar estas cosas, pide la opinión de alguien en quien confíes, ya sea un amigo, un ser querido o un terapeuta.
Si te das cuenta de que el problema está en gran medida en tus percepciones y reacciones, toma nota de esto. Cuanto más pienses en ello, menos «real» será tu sensación de ser diferente y defectuoso. También estarás más abierto a conectar con los demás si cambias tu forma de pensar y de responder a las interacciones con ellos.
Aunque no puedes elegir simplemente sentirte diferente, sí puedes elegir cómo responder a tus miedos al rechazo y a salir herido. Por ejemplo, cuando estás luchando con un problema, puedes decidir -a pesar de los temores de rechazo- compartirlo con un amigo que ha sido de confianza hasta ese momento. Esto puede darte el apoyo que necesitas en el momento y una mayor sensación de conexión con tu amigo. Pero debes elegir a tu amigo con cuidado. Si te abres a alguien que probablemente no te apoye, corres un mayor riesgo de que ocurra lo mismo que temes.
Por supuesto, sólo puedes desarrollar relaciones estrechas si tienes oportunidades de conocer a personas con las que realmente podrías conectar. Aquí es donde entran en juego algunos consejos básicos, a la vieja usanza. Date la oportunidad de hacer amigos o desarrollar relaciones íntimas siguiendo tus intereses. Puedes visitar galerías de arte, unirte a un club de senderismo, involucrarte en la política local o participar activamente en una organización benéfica. La idea es hacer cosas que te gusten en compañía de otras personas que compartan tus intereses. No puedes perder, porque aunque no conozcas a nadie especial, estás haciendo cosas que tienden a hacerte feliz.
Pero para escapar de tu soledad hacia una vida de conexión, es esencial que reflexiones sobre dos factores básicos relacionados con tu circunstancia; las formas en que puedes estar manteniendo a la gente a distancia y las formas en que puedes cerrar esa distancia. Al aumentar este autoconocimiento, puedes obtener información sobre tu dolorosa soledad y aprender a enfrentarte a tus miedos al dolor y al rechazo. Dado lo profundamente que este problema puede estar arraigado en las personas, es posible que quieras acudir a terapia para que te ayude en este proceso. Pero con perseverancia, al final puedes sentirte mejor contigo mismo y llenar el vacío de tu corazón con una cálida sensación de conexión.
Para saber más sobre este enfoque, echa un vistazo a este breve vídeo:
Los posts de Making Change son sólo para fines educativos generales. Pueden o no ser relevantes para su situación particular, y no deben ser considerados como un sustituto de la asistencia profesional.