La alopecia areata es una forma de alopecia no cicatrizal, de tipo autoinmune, que se caracteriza por la caída de pelo de forma localizada o generalizada. Puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos, siendo más común en la infancia y adolescencia.

Causas de la alopecia areata

Esta afección se considera una enfermedad autoinmune –en la que el sistema inmunitario atacaría los folículos pilosos–, asociada también a una predisposición genética, y que se podría desencadenar ante la presencia de ciertos factores medioambientales, infecciosos, endocrinos, genéticos, psicológicos, y otras causas como irritaciones oculares o dentales, o traumatismos en la cabeza.

La pérdida de pelo se produce cuando algún factor autoinmune provoca la inducción de la fase de desprendimiento (telógena) y caída del cabello, así como una parálisis en el inicio de la fase de crecimiento del folículo (anágena) de una determinada zona del cuerpo.

Síntomas de la alopecia areata

Los pacientes suelen presentar una o varias placas alopécicas ovaladas o redondas, de 2 a 5 cm de diámetro, localizadas en el cuero cabelludo, barba o cejas. En el interior de estas placas la piel mantiene los orificios foliculares, pero sin pelo. En el borde de la placa se observan pelos cortos, delgados hacia arriba y anchos hacia abajo.

Se pueden presentar uno o varios brotes a lo largo de la vida, produciéndose una repoblación, inicialmente con cabellos finos y blancos, que posteriormente se pigmentan.

Alopecia areata

Alopecia areata

Cuando la alopecia afecta el borde de implantación frontal, parietal y occipital del cabello, y conserva solo un mechón de pelo, se denomina alopecia ofiásica. Cuando se cae todo el cabello de la cabeza se denomina alopecia areata totalis, y cuando se pierde el pelo de todo el cuerpo es una alopecia areata universalis.

Diagnóstico

Se debe realizar un diagnóstico que lo diferencie de las tiñas tonsurantes y de la alopecia cicatrizal. Es importante descartar la presencia de otras enfermedades con las que puede asociarse como vitíligo, atopia, síndrome de Down, enfermedades tiroideas, anemia perniciosa y enfermedad de Addison.

Tratamiento de la alopecia areata

Aunque no existe un tratamiento totalmente eficaz y sin riesgos, se suelen utilizar, por vía tópica, minoxidil, corticoides, rubefacientes, etcétera; y por vía sistémica corticoides y ciclosporinas.

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