En el ámbito inmobiliario, la mejora es el aumento de valor que se produce en un inmueble por causas de las que son responsables el arrendatario o el público, pero no el propietario; tiene, por tanto, la naturaleza de un incremento no ganado. Cuando, por ejemplo, alguna mejora pública hace que aumente el valor de un terreno privado, y el propietario mejora por ello sin mérito propio, gana por la mejora, y muchos economistas y políticos han tratado de arreglar, mediante impuestos o de otro modo, que el aumento de valor vaya al bolsillo del público y no al del propietario. Un impuesto de mejora se aplicaría con el fin de desviar del dueño de la propiedad el beneficio que le corresponde sin haberlo ganado. Todo el problema está relacionado con la incidencia de los impuestos y la cuestión del valor de la tierra, y se han probado varias aplicaciones del principio de mejora en los Estados Unidos y en Inglaterra, suscitando una considerable controversia de vez en cuando.