¿Cuál es la conexión entre el estrógeno y la presión arterial? El Dr. Michael Joyner, anestesista de la Clínica Mayo y experto en ejercicio físico, dice: «Una de las cosas que sucede cuando se observa la presión arterial en hombres y mujeres, es que se ven dos patrones muy diferentes.» Y añade: «También hemos descubierto que el estrógeno desempeña un papel fundamental a la hora de explicar por qué la presión arterial es más baja en las mujeres jóvenes y más alta en las mujeres mayores».
El siguiente artículo está escrito para la Oficina de Salud de la Mujer por el Dr. Joyner.
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La presión arterial es diferente en los hombres y en las mujeres, y estas diferencias tienen profundas implicaciones para la salud de las mujeres, porque la presión arterial alta es un factor de riesgo muy importante para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. En los últimos 10 años, mis colegas y yo hemos demostrado que la capacidad de la parte de lucha o huida (simpática) del sistema nervioso para tensar o constreñir los vasos sanguíneos de las mujeres jóvenes se reduce, en comparación con los hombres. Sin embargo, en la menopausia, el sistema de lucha o huida vuelve a rugir y es capaz de provocar una marcada constricción en los vasos sanguíneos de las mujeres de mediana y avanzada edad.
Estas simples observaciones, realizadas en las voluntarias que estudiamos en nuestro laboratorio de la Clínica Mayo, explican muchas cosas. En primer lugar, en las mujeres jóvenes, la presión arterial suele ser más baja que en los hombres jóvenes. En segundo lugar, las mujeres jóvenes tienden a desmayarse más que los hombres jóvenes. Cuando las mujeres jóvenes se levantan, los nervios de lucha o huida aumentan su actividad, pero este aumento de los disparos no hace que los vasos sanguíneos se contraigan. En tercer lugar, las mujeres jóvenes son también mucho más propensas que los hombres jóvenes a sufrir trastornos de tensión arterial baja. Estas tres respuestas se deben en parte a la relativa incapacidad de los vasos sanguíneos de las mujeres jóvenes para contraerse cuando se exponen a la norepinefrina, un pariente químico cercano de la epinefrina (también llamada adrenalina) que liberan los nervios constrictores.
Ver: El Dr. Joyner habla de la investigación sobre la presión arterial y la menopausia.
Periodistas: Los cortes de sonido con el Dr. Joyner están en las descargas.
En las mujeres posmenopáusicas, los vasos sanguíneos se contraen fuertemente a la norepinefrina. Además, los nervios de lucha o huida se disparan más rápido que en las mujeres jóvenes. Esto explica, en parte, por qué la presión arterial aumenta en muchas mujeres alrededor de la época de la menopausia. También explica por qué, a los 65 ó 70 años, hay más mujeres con presión arterial alta que hombres. Estas observaciones también plantean la posibilidad de que el tratamiento de la hipertensión en las mujeres deba ser diferente al de los hombres. Aunque es demasiado pronto para hacer recomendaciones firmes y rápidas sobre los efectos específicos de cada sexo de los distintos medicamentos para reducir la presión arterial, es algo que sin duda hay que estudiar.
Nuestros hallazgos son también una historia de éxito para las mujeres en la ciencia. A principios de la década de 2000, mi laboratorio comenzó a evaluar el papel de los nervios simpáticos en la regulación de la presión arterial. Al principio, nos centramos en hombres jóvenes y mayores sanos. Sin embargo, a mediados de la década de 2000, los Institutos Nacionales de Salud nos animaron a estudiar tanto a hombres como a mujeres. Al mismo tiempo, la Dra. Nisha Charkoudian y yo empezamos a colaborar, a lo que siguieron colaboraciones con cada vez más becarias y estudiantes. Estas colaboraciones incluyen a las doctoras Emma Hart, Andrea Dutoit, Jill Barnes, Erica Wehrwein, Ana Peinado, Ronee’ Harvey, Jackie Limberg y, más recientemente, Sarah Baker. El Dr. Sushant Ranadive ha sido el hombre atípico centrado en estos temas. En este contexto, el laboratorio ha tenido mucha suerte de que las mujeres tuvieran naturalmente interés en ampliar nuestros estudios a ambos sexos y profundizar en los conocidos datos sobre desmayos en mujeres jóvenes y aumento de la presión arterial en mujeres mayores.
A medida que avancemos en nuestros estudios en curso, trabajaremos para comprender por qué la actividad nerviosa simpática aumenta con la edad en las mujeres mayores y por qué la norepinefrina es un vasoconstrictor tan potente en estas mujeres. La planificación y las ideas interesantes nos ayudaron claramente a realizar las novedosas observaciones anteriores, pero también nos ayudaron la buena suerte y la sociología, que espero que continúen a medida que avance nuestro trabajo sobre este tema.