Como su nombre indica, las bebidas por capas incluyen capas de diferentes ingredientes, a menudo con colores contrastados. Este efecto se consigue vertiendo con cuidado cada ingrediente en el vaso para que flote sobre su predecesor.
El éxito de esta técnica depende de la densidad (gravedad específica) de los líquidos utilizados. Como regla general, cuanto menos alcohol y más azúcar contenga un ingrediente, más pesado será. Los ingredientes más pesados deben verterse primero y los más ligeros al final. Los jarabes no tienen alcohol y contienen mucho azúcar, por lo que suelen ser el ingrediente más pesado. Los licores, que tienen un alto contenido de azúcar y menos alcohol que las bebidas espirituosas, suelen ser el siguiente ingrediente más pesado. La excepción a esta regla son los licores de crema y nata, que pueden flotar.
Una marca de un licor concreto puede ser más pesada o más ligera que otra. Las temperaturas relativas de los ingredientes también pueden afectar a su capacidad de flotar o hundirse. Por lo tanto, es inevitable experimentar en cierta medida al crear bebidas por capas.
La creación de capas puede lograrse de dos maneras. La primera consiste en verter el líquido por el mango en espiral de una cuchara de bar, manteniendo el extremo plano en forma de disco de la cuchara sobre la superficie de la bebida. También se puede mantener el extremo del cuenco de una cuchara de bar (o de una cuchara sopera) en contacto con el lateral del vaso y sobre la superficie de la bebida y verter lentamente sobre ella. El término «flotante» se refiere a la colocación del ingrediente final de un cóctel sobre su superficie.
Suscribirse