La memoria sirve a los seres humanos de muchas y complejas maneras. Nos permite procesar nuestro entorno. Mejora el comportamiento. Dar contexto a nuestras vidas. Los estudios de este fenómeno psicológico revelan que la memoria se produce por etapas, lo que nos da una valiosa visión del funcionamiento interno del cerebro.
El fenómeno de la memoria
Brian Becker, profesor asociado de neuropsicología en la Universidad de Lesley, define la memoria como «el proceso en el que la mente interpreta, almacena y recupera información.» Cuando se obtiene información del mundo que nos rodea, explica Becker, ese material se guarda en el cerebro como una representación mental y se hace recuperable para su uso futuro. Hay una serie de factores que influyen en el modo en que el cerebro recupera un recuerdo, si es que lo hace.
Etapas de la creación de la memoria
El cerebro tiene tres tipos de procesos de memoria: registro sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.
Registro sensorial
En el proceso de registro sensorial, el cerebro obtiene información del entorno. Esta actividad es breve y dura como máximo unos segundos. Durante el registro sensorial, el cerebro recoge información de forma pasiva a través de pistas visuales y auditivas, conocidas respectivamente como memoria «icónica» y «ecoica».
Becker pone los ejemplos de la pantalla del ordenador y de una conversación para ilustrar cómo reconocer el registro sensorial. Cuando se mira la pantalla del ordenador y luego se aparta la vista, pero se sigue viendo la imagen de la pantalla, se trata de una memoria icónica. Del mismo modo, cuando se mantienen conversaciones con otras personas y se les pide que repitan, sólo para entender lo que han dicho un momento después, esto demuestra la memoria ecoica.
En el proceso de formación de la memoria, la atención se considera una etapa entre el registro sensorial y la memoria a corto plazo. La formación de la memoria a corto plazo puede comenzar a través de dar su atención a la información recibida a través del registro sensorial.
Memoria a corto plazo
Según Becker, la memoria a corto plazo se produce en dos partes: las tradicionalmente denominadas «memoria a corto plazo» y «memoria de trabajo». La memoria a corto plazo es cuando el cerebro almacena la información temporalmente para poder repetirla, como por ejemplo recordar un número de teléfono que se ve en la televisión. La memoria de trabajo se refiere a que el cerebro almacena información con el propósito de manipularla, como recordar un conjunto de números mientras se trabaja en un problema de matemáticas.
Cuando los psicólogos hablan de mejorar la memoria, lo más habitual es que se centren en la memoria de trabajo porque es la que más control tiene sobre ella y la que puede mejorar activamente.
Memoria a largo plazo
Muchos piensan en la memoria a largo plazo como un «banco» permanente dentro del cerebro. Una vez que un recuerdo llega allí, la mente lo almacena completa e indefinidamente. En realidad, esto no es así. Aunque el proceso de la memoria a largo plazo permite que la información permanezca en el cerebro durante un periodo prolongado, nada en el cerebro evita el riesgo. La información almacenada en la memoria a largo plazo puede permanecer en el cerebro durante un corto periodo de tiempo (un día, una semana) o durar hasta toda la vida.
Cuando se forman los recuerdos a largo plazo, el hipocampo recupera la información de la memoria de trabajo y comienza a cambiar el cableado neuronal físico del cerebro. Estas nuevas conexiones entre las neuronas y las sinapsis permanecen mientras se mantienen en uso. Los psicólogos dividen la memoria a largo plazo en dos tipos de longitud: reciente y remota.
La memoria a largo plazo también puede describirse por la naturaleza de los propios recuerdos, según The Guardian:
- Se recuerdan los recuerdos implícitos de forma automática, como cuando se conduce un coche.
- Se es consciente de que se intenta recordar activamente los recuerdos explícitos. Estos pueden dividirse a su vez en:
- Recuerdos episódicos: Contienen eventos que le suceden a un individuo específicamente.
- Recuerdos semánticos: Contienen conocimientos generales.