Los dinosaurios se ganan sus nombres al igual que el Pequeño Tim, André el Gigante y William «La Nevera» Perry.
Lamentablemente, los nombres de los dinosaurios no siempre suenan igual. Por ejemplo, Pachycephalosaurus.
«Pachy» viene de la palabra griega que significa grueso; «cephale» significa cabeza; y «saurus» significa lagarto. Si se juntan todas estas palabras, se obtiene un lagarto con una cabeza robusta (aunque hoy en día los científicos ya no clasifican a los dinosaurios como lagartos).
Los nombres de los dinosaurios pueden ser mezclas de palabras griegas o latinas que describen características físicas. O pueden llevar el nombre del lugar donde los científicos descubrieron los fósiles del antiguo reptil. Por ejemplo, el Albertosaurus se encontró en Alberta, Canadá.
A veces los dinosaurios reciben el nombre de una persona que ayudó a desenterrar los huesos antiguos. El Diplodocus carnegii recibió el nombre de Andrew Carnegie, que financió la expedición que descubrió al gran saurópodo.
Los animales vivos recién descritos hoy en día suelen recibir el mismo nombre.
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