A pesar de los considerables avances en los tratamientos farmacológicos para los trastornos depresivos, muchos pacientes sólo responden parcialmente al tratamiento antidepresivo. La resistencia a los antidepresivos es un problema importante en la práctica clínica y la TEC puede ofrecer algunas ventajas. Existe un debate continuo sobre la posición de la TEC en el arsenal de tratamientos biológicos para la depresión. Muchos psiquiatras se niegan a utilizarla por razones éticas. Esta excelente revisión utiliza una metodología sólida para resumir las pruebas de alta calidad sobre la seguridad y la eficacia de la TEC para las personas con trastornos depresivos. Los resultados sugieren que, a pesar de las preocupaciones éticas, la TEC es un tratamiento eficaz a corto plazo para la depresión y es probablemente más eficaz que el tratamiento farmacológico.

Desgraciadamente, la mayoría de los estudios que compararon la TEC con los antidepresivos se centraron en los tricíclicos o los inhibidores irreversibles de la MAO. Sólo un estudio evaluó la eficacia comparativa de la paroxetina frente a la TEC. Por lo tanto, la generalización de estos resultados a los ISRS y a otros antidepresivos más nuevos utilizados con mayor frecuencia en la práctica psiquiátrica sigue siendo incierta.

Una desventaja de la TEC es que sin tratamiento de seguimiento sus efectos duran sólo unos meses. La tasa de recaída sin tratamiento de continuación se ha estimado entre el 50 y el 95%, y la mayoría de las recaídas se producen en los primeros 6 meses. La TEC se combina cada vez más con antidepresivos para mejorar la respuesta en la fase aguda, aunque existen pocos datos que apoyen esta práctica.

La resistencia al tratamiento y los límites en la eficacia de los tratamientos farmacológicos han llevado a un renovado interés por la TEC. Aunque esta cuidadosa revisión proporciona información sobre muchas cuestiones relacionadas con la eficacia y la seguridad de las diferentes modalidades de TEC, siguen existiendo una serie de preguntas para los clínicos y los pacientes. Entre ellas se encuentran: ¿Con qué frecuencia debe administrarse la TEC en el tratamiento de la fase de continuación y mantenimiento? ¿Cuáles son los efectos adversos a largo plazo del tratamiento en fase de mantenimiento? ¿Es la combinación de la TEC con la farmacoterapia superior a la TEC o a la farmacoterapia sola? ¿Es la TEC un procedimiento seguro para los pacientes externos? Si podemos responder a estas preguntas, la TEC puede convertirse en una opción cada vez más importante para el tratamiento de la depresión grave.

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