Compra o venta
¡Nunca acepte comprar una lista de correo o vender la suya! Las listas compradas son direcciones de correo electrónico que han sido adquiridas a otra persona, como un intermediario. Muchas empresas contemplan la compra de listas como un medio para obtener un acceso rápido y fácil a un grupo determinado de direcciones de correo electrónico. El problema es que el consentimiento es intransferible, lo que hace que el uso de listas compradas sea ilegal y no sea una estrategia de marketing válida. La ley CAN-SPAM establece específicamente que es ilegal vender (y por lo tanto, comprar) direcciones de correo electrónico.
Los suscriptores de una lista comprada no dieron su consentimiento específico para recibir correos electrónicos de usted. Es probable que denuncien sus correos electrónicos como spam, y usted habrá manchado su relación comercial con ellos incluso antes de que haya comenzado. Además, el uso de listas compradas afectará a la entrega de sus campañas de correo electrónico en su conjunto, por lo que también afectará a aquellos que han dado su consentimiento para recibir correos electrónicos de usted.
Alquiler
Una lista alquilada es similar a una lista comprada en que el remitente no tiene ninguna relación existente con los miembros de esta lista. Estas listas se utilizan normalmente para enviar una campaña de correo electrónico única destinada a llegar rápidamente a un nuevo público. Cuando se alquila una lista, el responsable de marketing nunca llega a ver la lista como tal. El gestor de marketing proporcionará el contenido de la campaña al titular de la lista, con lo que el gestor de marketing estará a merced del titular de la lista en lo que respecta a la validez de la lista (consentimiento) y al envío de la campaña.
Los miembros de una lista alquilada pueden sentir que usted está utilizando malas prácticas de marketing y marcar su campaña como spam. Esta práctica podría, por tanto, dar lugar a rebotes y/o a un alto índice de quejas por spam, empañando así su reputación y la del titular de la lista.
Independientemente de quién envíe el correo electrónico, si el contenido es suyo, usted es responsable de lo que otros hagan en su nombre.