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La apnea del sueño es un trastorno en el que se deja de respirar y se vuelve a respirar repetidamente mientras se duerme. Puede ser peligroso si no se trata. Los síntomas incluyen ronquidos y sensación de sueño mientras se está despierto. También puede sufrir dolores de cabeza, dolor de garganta y sequedad de boca. La apnea del sueño se produce cuando los músculos situados en la parte posterior de la garganta se relajan provocando un estrechamiento de las vías respiratorias, lo que a su vez provoca la interrupción de la respiración. Aunque a menudo no lo recuerde, esto hace que se despierte para volver a respirar. La apnea del sueño puede estar causada por el sobrepeso, el cuello grueso o el estrechamiento de las vías respiratorias, el tabaquismo y el consumo de alcohol y drogas. La apnea del sueño es más común en los hombres mayores, aunque puede afectar a las mujeres y a personas de cualquier edad.

Si padece apnea obstructiva del sueño, su médico puede prescribirle un tratamiento con oxígeno suplementario. Éste se añade a la terapia de presión positiva en las vías respiratorias (PAP). El oxígeno suplementario se utiliza cuando la terapia PAP no proporciona suficiente alivio para los bajos niveles de oxígeno en sangre. El oxígeno no se utiliza por sí solo como tratamiento de la apnea del sueño porque no es capaz de impedir que se produzca la apnea.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un término utilizado para describir varias dolencias pulmonares, como el enfisema, ciertos tipos de bronquitis, la bronquiectasia y el asma. Todas ellas son enfermedades pulmonares progresivas y conllevan una incómoda disnea. Los síntomas de la EPOC también incluyen tos, sibilancias y opresión en el pecho. La EPOC suele estar causada por el uso de productos del tabaco o la inhalación de humos o polvo en un lugar de trabajo industrial.

Si se siente incómodo, sin aliento y/o sus niveles de oxígeno en sangre son bajos, su proveedor de atención médica puede recetarle oxígeno como tratamiento para los síntomas de la EPOC. Además de aumentar la energía y ayudarle a sentirse más cómodo, el uso de oxígeno también puede aumentar su vida útil porque puede ayudar a prevenir la insuficiencia cardíaca. Para que se produzca este beneficio, los pacientes deben utilizar el oxígeno al menos 15 horas al día.

A veces, los trastornos respiratorios relacionados con el sueño y la EPOC aparecen juntos. En este caso, la oxigenoterapia es extremadamente beneficiosa, y puede prescribirse hasta 24 horas al día.

Cuando se prescribe oxígeno, un concentrador de oxígeno puede ser la opción perfecta para su uso durante la noche. Los concentradores de oxígeno reprocesan el aire de los alrededores y lo suministran como oxígeno de grado médico al paciente. Esto significa que, a diferencia de las botellas de oxígeno tradicionales, el oxígeno no se agota. Mientras la máquina permanezca enchufada a una toma de corriente o la batería se mantenga cargada, el oxígeno estará siempre disponible para el paciente, sin necesidad de rellenarlo.

Dependiendo de su situación, su médico puede prescribirle que utilice el flujo continuo o la administración de dosis de pulso de su concentrador de oxígeno. Los concentradores de oxígeno de flujo continuo proporcionan una cantidad constante de oxígeno independientemente del número de veces que el paciente respire por minuto. Dado que suministran una cantidad precisa de oxígeno por minuto según las especificaciones del fabricante, los concentradores de oxígeno de flujo intermitente o de dosis de pulso suelen recomendarse para pacientes que requieren un flujo menor de oxígeno.

Los concentradores de oxígeno tienen otras ventajas para los pacientes con apnea del sueño o EPOC que necesitan tratamiento con oxígeno. Los concentradores de oxígeno no contienen oxígeno, por lo que no presentan los mismos problemas que el almacenamiento de oxígeno. Los concentradores de oxígeno portátiles también permiten una fácil movilidad, ya que pueden llevarse a cualquier parte, lo que aumenta significativamente la comodidad de su uso.