Los agregados linfoides benignos se observan sólo en una minoría de las muestras de médula ósea, pero su distinción del linfoma no Hodgkin, particularmente de los linfomas de células B, puede representar un desafío diagnóstico. Aunque se han propuesto criterios para ayudar a distinguir entre agregados benignos y malignos, no se ha investigado una descripción detallada de los patrones de distribución de los linfocitos B y T dentro de los agregados linfoides benignos. Se estudiaron ciento treinta y siete casos de muestras de médula ósea que contenían agregados benignos con un panel de inmunotinciones. También se examinó un subconjunto de estos casos en busca de reordenamientos del gen de la inmunoglobulina mediante la reacción en cadena de la polimerasa. Los agregados se clasificaron en función del tamaño, la localización (paratrabecular o aleatoria), la presencia de bordes infiltrantes y la distribución de las poblaciones de células linfoides. Además, examinamos 40 casos de biopsias de médula ósea con agregados linfoides malignos documentados con fines de comparación. Informamos de que la distribución de linfocitos B y T dentro de los agregados linfoides puede servir como criterio útil para ayudar a la separación entre agregados benignos y malignos. Cuando los agregados muestran un predominio de células T, consisten en un núcleo central de células T rodeado por un borde de células B, o tienen una distribución mixta de células B y T, es más probable que sean benignos. Por otro lado, hay una mayor probabilidad de malignidad cuando los agregados muestran un predominio de células B o consisten en un núcleo central de células B rodeado por un borde de células T (excluyendo la formación de centros germinales), y se justifica la evaluación de otras características preocupantes de malignidad (gran tamaño del agregado, presencia de bordes infiltrantes, atipia celular y localización paratrabecular, entre otras).

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