Destacados del artículo

  • Coreg es un medicamento utilizado para el tratamiento de la presión arterial alta y la insuficiencia cardíaca.
  • Al bloquear el efecto de la adrenalina, Coreg ralentiza la acción de bombeo del corazón y disminuye la presión arterial.
  • Coreg, que suele tomarse dos veces al día y con alimentos, se presenta en comprimidos de 3,125 a 25 mg, y en cápsulas de 10 a 80 mg.
  • Los efectos secundarios más frecuentes son mareos, náuseas, dolor de cabeza y cambios en la visión.

Descripción general

El carvedilol es un betabloqueante, un tipo de medicamento que disminuye la presión arterial reduciendo la tensión arterial y ralentizando el ritmo cardíaco, mejorando así el flujo sanguíneo.

Coreg, el nombre comercial del medicamento genérico Carvedilol, fue aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1995 para el tratamiento de:

  1. Hipertensión: Presión arterial elevada que se produce cuando la presión de la sangre contra las paredes arteriales es superior a la normal
  2. Insuficiencia cardíaca: Se produce cuando la acción de bombeo del corazón no lleva una cantidad normal de sangre a las distintas partes del cuerpo
  3. Postinfarto de miocardio: Se prescribe a los pacientes después de haber sufrido un infarto para mejorar sus posibilidades de supervivencia cuando su corazón no bombea adecuadamente

Carvedilol, disponible en comprimidos y cápsulas de liberación prolongada, se prescribe frecuentemente junto con otros medicamentos.

Cómo actúan Coreg y los betabloqueantes

Coreg pertenece a una clase de medicamentos conocidos como betabloqueantes. Estos medicamentos actúan obstruyendo el impacto de la hormona adrenalina (o epinefrina), que hace que el corazón lata más rápido y la presión arterial se eleve. Al hacer que el corazón lata más despacio y con menos fuerza, la presión arterial disminuye.

La hipertensión es una enfermedad muy común, tanto en las naciones industrializadas como en los países en desarrollo. La Asociación Americana del Corazón estima que hay unos 76 millones de ciudadanos estadounidenses de 20 años o más, es decir, uno de cada 3 adultos, que padecen hipertensión.

Los fármacos betabloqueantes, prescritos habitualmente en combinación con otros medicamentos, se utilizan para el tratamiento de las siguientes afecciones:

  • Presión arterial alta
  • Los latidos irregulares del corazón (arritmia, es decir cuando el corazón late demasiado rápido o demasiado lento o de forma irregular, con sensación de palpitaciones o aleteo)
  • Dolor en el pecho (posiblemente una sensación de opresión, apretamiento o aplastamiento, o una sensación aguda, sorda, de ardor, sensación punzante)
  • Insuficiencia cardíaca congestiva (que se produce cuando hay una reducción del flujo sanguíneo hacia el cuerpo y una obstrucción de la sangre hacia los pulmones y otras partes del cuerpo)
  • Infarto de miocardio (los infartos de miocardio se producen cuando se bloquea el flujo sanguíneo hacia el corazón)
  • Hipertiroidismo (tiroides hiperactiva)
  • Glaucoma (presión elevada considerable en uno o ambos ojos que puede lesionar el nervio óptico)
  • Migrañas (dolor de cabeza intenso)
  • Temblores
  • Trastornos de ansiedad (estrés grave y persistente)

Si no se trata, la hipertensión arterial puede provocar accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, enfermedades arteriales y problemas de retina.

Información sobre la dosis de carvedilol

Carvedilol se presenta en las siguientes formas y dosis:

Tableta

  • 3,125mg
  • 6,25mg
  • 12.5mg
  • 25mg

Cápsula de liberación prolongada

  • 10mg
  • 20mg
  • 40mg
  • 80mg

Coreg no está recomendado para niños menores de 18 años. En el caso de los adultos, el fármaco suele iniciarse con 3,125 mg dos veces al día, con la posibilidad de aumentar la dosis cada dos semanas (cuando se tolere bien) hasta las dosis más altas de hasta 25 mg dos veces al día. Los pacientes que pesan más de 187 libras pueden recibir la dosis máxima de 50 mg dos veces al día para la insuficiencia cardíaca leve a moderada. Los mareos pueden impedir que estos pacientes realicen tareas peligrosas, incluyendo la conducción y el uso de maquinaria industrial, hasta que los mareos se disipen y se sientan de nuevo en su estado normal de alerta.

Carvedilol debe tomarse con alimentos para disminuir la velocidad de absorción del medicamento y reducir la incidencia de hipotensión ortostática o postural, que es una forma de presión arterial baja que se produce al ponerse de pie desde una posición sentada.

La dosis debe ser prescrita individualmente, dependiendo del estado de salud general de cada paciente, de su historial médico y de otros determinantes, y debe ser supervisada estrechamente por el profesional sanitario del paciente, particularmente durante la titulación ascendente (el aumento gradual de un medicamento hasta alcanzar la dosis deseada a largo plazo).

Además, cuando se inicia el tratamiento con Coreg, o cuando se producen aumentos de la dosis del medicamento, los pacientes pueden experimentar sensaciones temporales de mareo al cabo de una hora aproximadamente de la administración del medicamento.

Potenciales efectos secundarios de Coreg

Muchas personas que utilizan este medicamento no experimentan efectos secundarios graves. Si su profesional de la salud le prescribe este medicamento, es probable que considere que sus beneficios superan los riesgos de los efectos secundarios. Sin embargo, si experimenta molestias o cualquier síntoma preocupante después de empezar a tomar este medicamento, hable con su médico.

Efectos secundarios frecuentes de Carvedilol pueden incluir:

  • Cambios en la visión
  • Cambios en el deseo sexual
  • Mareos, náuseas, diarrea
  • Debilidad
  • Dolor de cabeza

Efectos secundarios graves de Carvedilol pueden incluir:

  • Aumento rápido de peso
  • Opresión y dolor en el pecho, sibilancias
  • Latidos cardíacos bajos o irregulares
  • Dificultad para respirar, falta de aliento
  • Pérdida de control de la vejiga, dificultad para orinar
  • Hinchazón

Efectos secundarios más preocupantes (consulte a un médico rápidamente):

  • Síntomas de reacción alérgica (hinchazón de la cara, labios y lengua, o urticaria y dificultad para respirar)
  • Erupción cutánea que se extiende, especialmente en la cara o en la parte superior del cuerpo
  • Ampollas en la piel, descamación y dolor
  • Falta de aire repentina e inexplicable
  • Latidos cardíacos rápidos
  • Entorpecimiento o sensación de frío en las extremidades
  • Piel pálida y seca, sequedad de boca
  • Mareo, somnolencia y dificultad para concentrarse
  • Reacción cutánea grave
  • Fiebre
  • Dolor de garganta
  • Ojos ardientes, visión borrosa
  • Aumento de la sed
  • Hambre y cambios en el peso (sobre todo pérdida de peso)
  • Aliento con olor a fruta

Interacciones de carvedilol con otros medicamentos

La siguiente lista incluye sólo algunos de los muchos medicamentos que interactúan con carvedilol:

  • Medicamentos antidepresivos, como Elavil, Prozac, Zoloft, Cymbalta, y varios otros medicamentos
  • Medicamentos para el corazón o la presión arterial, como Norvasc, Catapres, Cartia, y muchos otros medicamentos
  • Medicamentos para tratar las náuseas y los vómitos, como Reglan o Phenergan u otros
  • Medicamentos para probar la piel en caso de alergias
  • Tagamet (cimetidina)
  • Gengraf, Neoral y otros medicamentos (ciclosporina)
  • Fluconazol (Diflucan)
  • Insulina o medicamentos orales para la diabetes
  • Rifampina (Rifadin, Rifater, Rifamate)
  • Fármacos para el ritmo cardíaco, como Cordarone, Pacerone, digitalis y otros
  • Fármacos para el VIH o el SIDA, como Rescriptor, Norvir o Kaletra
  • Medicamentos para tratar trastornos psiquiátricos como Thorazin, Haldol, Mellaril y otros

Consulte con su médico o farmacéutico para determinar si puede haber interacciones negativas entre cualquier otro medicamento que esté tomando y carvedilol.

Advertencias sobre carvedilol

Obtenga ayuda de urgencia si siente una sudoración inusual y persistente, dificultad para respirar, latidos irregulares o rápidos del corazón, falta de aliento, dolor o tirantez, o dolor que se extiende a la mandíbula, el cuello o el brazo.

Evite tomar carvedilol si tiene complicaciones graves en el hígado o varios tipos de afecciones cardíacas que su profesional de la salud le aconsejará. Informe a su médico antes de tomar carvedilol si tiene:

  • Presión arterial baja
  • Sensación de que puede desmayarse
  • Alergias, particularmente una alergia a los elementos de carvedilol
  • Problemas del ritmo cardíaco, como latidos cardíacos lentos o irregulares
  • Síndrome del seno enfermo (SSS), que es un grupo de ritmos cardíacos anormales (arritmias) resultantes de un mal funcionamiento del marcapasos primario del corazón conocido como nodo sinusal
  • Asma, enfisema, bronquitis crónica (OCPD)
  • Enfermedad del hígado o del riñón
  • Cierto tipo de tumor conocido como feocromocitoma
  • Cierta enfermedad muscular conocida como miastenia gravis
  • Ciertos problemas oculares como cataratas o glaucoma
  • Está teniendo o tiene un historial de problemas de flujo sanguíneo en las piernas y los pies
  • Diabetes u otros problemas de niveles bajos de azúcar en sangre (Coreg puede dificultar el control o la gestión de sus niveles de azúcar en sangre)
  • Hormona tiroidea excesiva en su sistema (hipertiroidismo)
  • Dolor torácico repentino e inexplicable cuando está en posición de reposo
  • Cirugía pendiente o cirugía dental

Embarazo y Carvedilol:

Los estudios relativos a Coreg y el embarazo y la lactancia no han sido concluyentes. No está claro si este medicamento podría perjudicar a la descendencia a través de la lactancia. En ausencia de dicha evidencia, el mejor curso de acción es permitir que su profesional de la salud le aconseje sobre la mejor medicación para su condición.

Una vez que esté tomando carvedilol, no debe dejar de tomarlo o cambiar la dosis que le fue prescrita sin consultar primero con su profesional de la salud. Si su médico decide reducir su dosis de Coreg, sería bueno para usted que se abstuviera de realizar actividades físicas arduas para reducir el estrés en su corazón.

Factores de riesgo de la presión arterial alta

Los siguientes factores de riesgo pueden aumentar sus probabilidades de desarrollar hipertensión:

Envejecimiento:

A medida que envejece, sus probabilidades de desarrollar presión arterial alta aumentan. Este mayor riesgo se aplica en particular a los hombres de 45 años o más La presión arterial alta es más frecuente en los hombres de 45 años o más, y en las mujeres de 65 años o más.

Raza:

Los adultos afroamericanos tienen más probabilidades de padecer presión arterial alta que los grupos caucásicos o hispanoamericanos. En los afroamericanos, la hipertensión también es más grave y se adquiere a una edad más temprana.

Genética:

La hipertensión tiene un patrón de transmisión familiar, y tener antecedentes familiares de hipertensión también puede suponer un mayor riesgo.

Control de la natalidad:

Las mujeres que toman píldoras anticonceptivas tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial.

Obesidad:

Cuanto mayor sea su peso, más necesitarán los tejidos de su cuerpo oxígeno y nutrientes, mayor será la circulación de la sangre en las venas y mayor la presión sanguínea contra las paredes arteriales. La obesidad abdominal también aumenta la tensión arterial, provocando una presión arterial alta.

Falta de ejercicio:

Un estilo de vida sedentario suele asociarse a un aumento de la frecuencia cardíaca y a la diabetes de tipo 2, y cuanto mayor sea su frecuencia cardíaca, más presión tendrá que ejercer su corazón.

Consumo de tabaco:

Cada vez que fuma productos de tabaco (o cualquier otra sustancia estimulante como el café o la cocaína), aumenta el flujo de la hormona adrenalina, un potente estimulante, que hace que su presión arterial aumente, aunque sea temporalmente. Además, ciertas sustancias químicas del tabaco hacen que las paredes arteriales se estrechen, con lo que también aumenta la presión arterial.

Consumo de alcohol:

Los hombres que beben más de dos tragos de alcohol al día, y las mujeres que consumen más de un trago al día, corren un mayor riesgo de padecer hipertensión.

Presión arterial alta en los niños:

Los niños en la adolescencia son cada vez más propensos a sufrir dificultades de presión arterial alta. Los niños afroamericanos y mexicano-americanos son más propensos a padecer hipertensión que sus homólogos caucásicos. Además, los niños corren más riesgo que las niñas. La obesidad infantil y otros patrones de estilo de vida son los principales responsables de este preocupante patrón.

Hábitos alimenticios:

¿Recuerda el viejo adagio: «Somos lo que comemos»? Pues bien, lo que ingieres está directamente relacionado con tus posibilidades de desarrollar hipertensión arterial. Tenga en cuenta los siguientes elementos poco saludables, sobre todo cuando se consumen con regularidad y en cantidades excesivas:

  • Demasiado sodio (sal) hace que su cuerpo retenga líquidos, lo que aumenta la presión arterial.
  • Como el potasio ayuda a equilibrar la cantidad de sodio en las células, no consumir suficiente potasio puede provocar un exceso de sodio en la sangre.
  • Niveles bajos de vitamina D; esta vitamina influye en una enzima creada por el riñón que afecta a la presión arterial, por lo que tener niveles reducidos de vitamina D puede ser perjudicial.

Estrés:

Estrés:
El estrés provoca la liberación de las potentes hormonas estimulantes cortisol y adrenalina, que aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial. Además, cuando se permite que estas hormonas permanezcan y persistan en el sistema, como resultado del estrés crónico, provocan un aumento de las lesiones en varios sistemas corporales. Además, para aliviar la preponderancia del estrés, muchas personas recurren al alcohol, al tabaco o al exceso de comida, todos ellos perjudiciales.

La historia de la insuficiencia cardíaca de Helena

Helena, una subdirectora de una compañía telefónica de Michigan de 49 años, sabía todo lo que había que saber sobre su historial familiar de obesidad, diabetes de tipo 2 e hipertensión arterial. De hecho, culpaba de sus defectos físicos, incluido su indecoroso y torpe sobrepeso, precisamente a eso, diciendo a quien quisiera escucharla: «Oye, todo eso era inevitable sabiendo lo que me transmitieron mi madre, mis tíos y mis tías».

Para el observador casual, Helena parecía totalmente resignada, aunque no excesivamente infeliz, a su supuesta situación predestinada, grabada en piedra e inamovible. Aunque su problema de peso la molestaba sin cesar, al igual que su respiración problemática, ni eso ni la diabetes o la hipertensión la preocupaban demasiado. Los consideraba problemas a largo plazo, cosas de las que preocuparse «más adelante». Sin embargo, en su interior, y en los momentos de crisis y agitación interior, Helena tenía un miedo atroz a que su enfermedad cardíaca la hiciera despertar un día muerta de piedra.

Un día en particular, la actitud despreocupada de Helena cambió drásticamente, y cambió para bien. Había estado viendo un programa de salud en la televisión cuando, de repente, el programa mostraba un corazón que bombeaba furiosamente, obviamente con un mal funcionamiento, seguido de una animación en 3D del corazón con problemas de congestión sanguínea en los pulmones y que volvía a bombear a una velocidad aterradora. La animación mostraba partes del tórax coloreadas que mostraban las zonas afectadas, con un rojo carmesí oscuro y amenazador alrededor del corazón. Por alguna razón, fue esta animación, y no la real, la que hizo que su propio corazón bombease con una repentina descarga de adrenalina. Incluso experimentó una extrema falta de aire en ese momento, y aunque había tenido esa dificultad para respirar con bastante frecuencia en el pasado, esta vez fue más pronunciada y la sacudió hasta el fondo mientras jadeaba para respirar.

Su vida cambió significativamente a partir de ese momento. Volvió a su médico, el mismo que le había diagnosticado insuficiencia cardíaca tres años antes, y le comunicó su determinación de empezar a cuidarse. El médico imprimió en su ordenador una copia de la Dieta Dash y se la dio, aconsejándole que era la mejor dieta para controlar el peso y reducir la presión arterial. En el mes que siguió, consiguió perder 17 libras y otras 15 libras en el mes siguiente, y empezó a dar paseos cortos al principio, y después hasta una milla diaria. Lo que fue casi instantáneamente gratificante fue que sus problemas respiratorios parecían haberse disipado notablemente, y sus sibilancias habían desaparecido casi por completo.

En el momento de su resolución, su médico también aumentó su dosis de mantenimiento del medicamento betabloqueante Coreg de 20 mg dos veces al día a 40 mg dos veces al día. Le aconsejó que podría experimentar algunos mareos y que no debía conducir hasta que se acostumbrara y tolerara su nueva dosis.

Helena aceptó la dieta Dash como un ratón a las nueces. Continuó con ella, preparándose comidas diarias con muy poco o nada de sodio y, junto con su dosis aumentada de Coreg y el ejercicio regular, los resultados fueron más que simplemente gratificantes. Había experimentado un cambio de actitud de 180 grados, saboreando enormemente los años que le quedaban.

Durante los meses siguientes, Helena perdió más de 60 libras, y su ritmo cardíaco descendió a un nivel más razonable. También empezó a respirar casi con normalidad. Estos resultados reforzaron su determinación, dándole un refuerzo diario al nuevo estilo de vida que se había forjado. También parecía estar en vías de recuperarse de sus problemas cardíacos, aunque su cardiólogo la presionaba para que siguiera con su régimen saludable y siguiera tomando su Coreg. Le dijo que probablemente tendría que tomar este betabloqueante durante el resto de su vida.

Pensamientos finales

Al igual que con muchas enfermedades y resultados de salud, la estrategia más eficaz es la prevención. Aunque es reconfortante saber que hay medicamentos como Coreg que pueden ayudar, también hay muchos cambios en el estilo de vida que la gente puede hacer para reducir o controlar la presión arterial. Perder peso suele ser una de las cosas más eficaces que se pueden hacer para reducir la presión arterial. Otras cosas que puede hacer son hacer ejercicio con regularidad, mantener una dieta saludable (como la dieta DASH), limitar la cantidad de sodio y alcohol que consume, dejar de fumar, reducir el consumo de cafeína e intentar controlar y reducir el estrés. Hay pruebas de que los cambios de comportamiento, como la práctica de la meditación, pueden ayudar a reducir la presión arterial en personas estresadas. Por último, el apoyo social también está relacionado con la reducción de la presión arterial y la mejora de la salud en general. Por lo tanto, además de mantenerse sano y activo, asegúrese de mantener también su actividad social, rodeándose de personas que le apoyen.

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