US Pharm. 2013;38(6):37-39.

A medida que la población de los Estados Unidos envejece y los baby boomers se incorporan al mercado de la atención sanitaria, los farmacéuticos recibirán cada vez más consultas de pacientes sobre crecimientos cutáneos comunes. La causa de los crecimientos comunes no cancerosos no está clara, y aunque el agrandamiento puede ocurrir con el tiempo, la mayoría de los crecimientos son benignos. Sin embargo, aunque la mayoría de las lesiones cutáneas benignas no invaden otros tejidos ni se extienden a otras partes del cuerpo -es decir, hacen metástasis-, una advertencia fundamental es que todas ellas deben ser vigiladas por el paciente y examinadas por un médico si se produce algún cambio.1

El cáncer de piel, aunque generalmente se produce en la piel que ha estado más expuesta al sol, puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, por lo que el autocontrol de la piel (TABLA 1) y la vigilancia de la piel por parte de un médico capacitado son componentes integrales de la identificación y prevención del cáncer de piel. Estas medidas de vigilancia se consideran imperativas para la atención sanitaria, ya que los cánceres de piel deben tratarse de forma precoz y el diagnóstico adecuado de los crecimientos cutáneos inusuales debe realizarse siempre de forma definitiva y sin demoras indebidas. Los farmacéuticos participan en este proceso a través de la educación, la derivación para la evaluación y el tratamiento, y el asesoramiento sobre la gestión adecuada de la medicación y el seguimiento de los crecimientos cutáneos.

Además, aunque los crecimientos cutáneos comunes suelen ser benignos, pueden ser inaceptables para las personas mayores de hoy en día.En lugar de tolerar decoloraciones o crecimientos de la piel antiestéticos o físicamente incómodos, muchos adultos mayores optan por buscar atención médica para minimizar la apariencia de los crecimientos o eliminarlos mediante una intervención médica, quirúrgica o farmacéutica, o una combinación de estos métodos. En este sentido, los pacientes pueden encontrarse con que, debido a que algunos procedimientos para la eliminación de crecimientos cutáneos benignos se consideran de naturaleza cosmética, pueden no estar cubiertos por su plan de seguro médico.

Cambios de la piel relacionados con la edad

La piel se vuelve más seca, más fina, menos elástica y con arrugas finas con el envejecimiento normal. Sin embargo, la exposición al sol a lo largo de los años es responsable de la piel arrugada, áspera y con manchas.2 Aunque el aspecto de la piel de una persona cambia con la edad, los cambios más indeseados se deben al daño solar crónico. Las personas que han evitado el sol o han bloqueado su piel de la exposición al sol a lo largo de su vida suelen parecer más jóvenes que su edad cronológica.

Es importante destacar que el número de células que contienen pigmento en la piel, denominadas melanocitos, disminuye con la edad, por lo que los adultos mayores tienen menos protección contra la radiación ultravioleta (UV) que sus homólogos más jóvenes.2,3 En consecuencia, el uso de protectores solares es importante, ya que los rayos UV pueden dañar la piel en tan sólo 15 minutos.4Se debe orientar a los pacientes sobre el tipo y el uso adecuados de la protección solar, así como sobre los cambios significativos de la FDA en las etiquetas de los productos de protección solar (véase RECURSOS).

Además, la vitamina D3 se sintetiza en la piel cuando se expone a los rayos UVB de la luz solar.5Dado que la piel que envejece funciona peor y es menos capaz de convertir la vitamina D en su forma activa, debe considerarse la administración de suplementos de vitamina D con calcio para la salud de las personas mayores (ver RECURSOS).

Manchas y decoloraciones de la piel

Manchas de la edad (manchas hepáticas, lentigos): Con una apariencia similar a la de una peca, una mancha de la edad es plana y de color marrón claro; es común después de los 40 años.2,6 Estas decoloraciones de la piel se desarrollan después de muchos años de exposición al sol, y aunque se denominan manchas del hígado, no tienen ninguna relación con el hígado o la función del hígado.5Las manchas de la edad aparecen con mayor frecuencia en las áreas de la piel propensas a la exposición a los rayos UV, como la cara, los hombros, los antebrazos y el dorso de las manos.2,6Los preparados tópicos para blanquear la piel, como la hidroquinona, pueden utilizarse para aclarar la pigmentación; debe asesorarse a los pacientes con respecto a las quemaduras, ampollas, fisuras u otras reacciones cutáneas que pueden producirse con el uso de la hidroquinona.6,7 La crioterapia o el tratamiento con láser pueden utilizarse para eliminar las manchas de la edad.

Moles (nevos) y lunares atípicos (nevos displásicos): El lunar (nevus) es una decoloración plana o elevada, generalmente de color oscuro, que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Una vez que un lunar surge y se desarrolla, puede permanecer durante décadas; los lunares suelen volverse más elevados y menos pigmentados con el paso de los años.2,8 La eliminación de los lunares con fines cosméticos se consigue mediante el afeitado o la escisión. Un lunar velloso debe extirparse adecuadamente (en lugar de afeitarse) si el paciente está preocupado por el crecimiento del vello; de lo contrario, el vello volverá a crecer.8 Debe realizarse un examen histológico de todos los lunares que se eliminen. La presencia de más de 20 lunares indica un riesgo de melanoma superior a la media.8

Los lunares atípicos son nevos con un aspecto clínico e histológico ligeramente diferente. Suelen ser más grandes que otros nevos (>6 mm de diámetro) y principalmente redondos (a diferencia de muchos melanomas); sin embargo, aparecen con bordes indistintos y una leve asimetría.8 Los melanomas, por el contrario, tienen una mayor irregularidad de color; además de ser de color bronceado y marrón, pueden aparecer de color marrón oscuro, negro, rojo y azul o con áreas blanquecinas de despigmentación.8 Los pacientes con lunares atípicos corren un mayor riesgo de padecer un melanoma, riesgo que aumenta a medida que se incrementa el número de lunares atípicos y el nivel de exposición al sol.8 Aunque los lunares atípicos pueden aparecer en cualquier lugar, es más frecuente encontrarlos en zonas cubiertas, como las nalgas, las mamas y el cuero cabelludo. Una persona puede ser propensa a desarrollar lunares atípicos por motivos hereditarios, o bien los lunares pueden ser esporádicos, sin asociación familiar aparente.8 La presencia de múltiples lunares atípicos y melanoma en más de dos parientes de primer grado se denomina síndrome de lunar-melanoma atípico familiar, en el que los pacientes tienen un riesgo notablemente mayor (25 veces) de padecer melanoma.8 El autocontrol de los signos de alerta (TABLA 1) y la vigilancia profesional de la piel son fundamentales.

Queratosis seborreica: Estas lesiones epiteliales superficiales pigmentadas suelen denominarse verrugas seborreicas, ya que las placas son blandas, friables y de aspecto verrugoso; también pueden aparecer como pápulas lisas. Por lo general, las queratosis seborreicas se presentan en el tronco o en las sienes a mediados o finales de la vida y varían en tamaño.Cuando se observan lesiones (de 1 a 3 mm) en los pómulos en individuos negros y asiáticos, la afección se denomina dermatosis papulosa negra.8De forma redonda u ovalada y de color carne, marrón o negro, las lesiones tienen un aspecto característico «pegado» con una superficie que es costrosa, verrugosa, aterciopelada, cerosa o escamosa. Se diagnostican clínicamente, crecen lentamente, no son premalignos y no requieren tratamiento. Se pueden eliminar si rozan con la ropa o si se irritan, pican o resultan molestos desde el punto de vista estético; la eliminación se consigue mediante crioterapia (congelación con nitrógeno líquido) o electrodesecación y curetaje tras una inyección local de lidocaína.8

Acrocordones (marcas cutáneas): Estas lesiones pigmentadas o hiperpigmentadas, pedunculadas (unidas por un tallo) suelen aparecer como múltiplos en el cuello, la axila y la ingle. Son de color carne o más profundamente pigmentadas y son pequeñas y blandas, por lo que se denominan fibromas blandos. Aunque las lesiones suelen ser asintomáticas, se puede solicitar su extirpación si resultan irritantes (causan sensación de picor o tirón) o son antiestéticas. La extirpación implica la crioterapia, la electrodesecación con luz o la escisión con bisturí o tijeras; el examen histológico de todos los papilomas cutáneos es el estándar de atención.9

Angomas de cereza: Más comunes después de los 30 años, estas elevaciones o manchas cutáneas benignas de color rojo cereza o púrpura se forman a partir de sobrecrecimientos de los vasos sanguíneos.2,10 Aunque se desconoce su causa, tienden a ser hereditarias. Estas lesiones pueden producirse en casi cualquier parte del cuerpo; sin embargo, suelen aparecer en el tronco.10 Los angiomas cereza varían de tamaño y, aunque normalmente no superan un octavo de pulgada (3 mm) de diámetro, pueden llegar a medir aproximadamente un cuarto de pulgada.2,10 Aunque estos crecimientos benignos no suelen requerir tratamiento, si sangran con frecuencia o afectan a la apariencia, pueden eliminarse mediante electrocirugía/cauterización, crioterapia, láser o escisión por afeitado.10

Cabe destacar que, con respecto a las afecciones enumeradas anteriormente, los procedimientos dérmicos pueden variar en función del alcance de la afección, la preferencia del médico u otras consideraciones. El asesoramiento al paciente por parte del farmacéutico puede incluir no sólo la orientación sobre la terapia de medicamentos para el tratamiento (por ejemplo, hidroquinona), sino también anestésicos tópicos para el procedimiento (por ejemplo, una crema tópica que combina el uso de la piel), una crema tópica que combina lidocaína al 2,5% y prilocaína al 2,5%; un parche tópico que combina lidocaína al 70 mg y tetracaína al 70 mg) para la analgesia dérmica local.

Conclusión

Aunque la mayoría de las lesiones cutáneas no cancerosas no invaden otros tejidos ni se extienden a otras partes del cuerpo, es crítico que todas las lesiones benignas sean autocontroladas además de ser examinadas por un clínico si se produce algún cambio. Es esencial la orientación del farmacéutico sobre la gestión de la medicación en el tratamiento de los crecimientos benignos de la piel y las intervenciones de prevención del cáncer.

1. Henry GI. Lesiones cutáneas benignas. Visión general de las lesiones cutáneas benignas. Medscape Reference. Fármacos, enfermedades y procedimientos. Actualizadoel 12 de octubre de 2012.http://emedicine.medscape.com/article/1294801-overview. Consultado el 15 de mayo de 2013.

2. Beers MH, Jones TV, Berkwits M, et al, eds. The Merck Manual of Health & Aging. Whitehouse Station, NJ: Merck Research Laboratories; 2004:11-12,430-435.

3. Cambios del envejecimiento en la piel. MedlinePlus. Actualizado el 4 de septiembre de 2012. www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/004014.htm. Consultado el 15 de mayo de 2013.

4. Cáncer de piel. Prevención. Centros para el control y la prevención de enfermedades. Actualizado el 23 de abril de 2013.www.cdc.gov/cancer/skin/basic_info/prevention.htm. Consultado el 14 de mayo de 2013.

5. Vitamina D. Dosificación. MayoClinic.com. Actualizado el 1 de septiembre de 2012.www.mayoclinic.com/health/vitamin-d/NS_patient-vitamind/DSECTION=dosing.Accessed 15 de mayo de 2013.

6. Manchas en el hígado. MedlinePlus. Actualizado el 20 de noviembre de 2012.www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/001141.htm. Consultado el 15 de mayo de 2013.

7. Epócrates, versión 4.5. Epocrates, Inc. www.epocrates.com. Consultado el 20 de mayo de 2013.

8. Tumores benignos de la piel. Lunares, queratosis seborreicas. The Merck Manual.Revisado en septiembre de 2008; actualizado en febrero de 2012.www.merckmanuals.com/professional/dermatologic_disorders/benign_skin_tumors/introduction.html.Accessed 3 de mayo de 2013.

9. Tumores benignos de la piel. Etiquetas de la piel. The Merck Manual.Revisado en septiembre de 2008; actualizado en junio de 2010.www.merckmanuals.com/professional/dermatologic_disorders/benign_skin_tumors/introduction.html.Accessed 3 de mayo de 2013.

10. Angioma de la cereza. MedlinePlus. Actualizado el 20 de noviembre de 2012.www.nlm.nih.gov/medlineplus/ency/article/001441.htm. Consultado el 15 de mayo de 2013.

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