Que Sera ,Sera. Lo que será, será. ~~
El destino se refiere a una secuencia predeterminada de eventos o resultados.
Creer en el destino implica que hay una fuerza o ser superior que define estos resultados para su propio propósito misterioso. Podría ser el Dios de una religión, alguna entidad cósmica que aún no conocemos o la conciencia del propio universo.
¿Por qué creemos en el destino?
Muchos de nosotros creemos en el destino porque nos ofrece comodidad y seguridad. Cuando ocurren malos acontecimientos, el destino nos dice que todo forma parte de un plan mayor. Esto da sentido a nuestras tragedias.
Por otro lado, si todos los resultados están escritos en piedra, entonces no tenemos control sobre nuestros propios destinos. Como resultado, la falta de libre albedrío puede causar sentimientos de impotencia e inutilidad, que pueden conducir a la depresión. Si no podemos cambiar nada, entonces no tiene sentido intentarlo, y no hay propiedad de la acción.
Lo que el Destino da, puede ser quitado con la misma rapidez.
Destino y libre albedrío
La creencia literal en el destino suele excluir el libre albedrío. Sin embargo, hay varias interpretaciones no literales que permiten que el destino coexista con la acción independiente.
Aquí hay 4 interpretaciones comunes del destino –
- Algunos creen que hay un conjunto finito predeterminado de resultados. Nuestras acciones pueden permitirnos cambiar de camino, pero todos los resultados posibles están predestinados.
- Algunos creen que lo que elegimos está predeterminado. En esencia, todas las elecciones que hacemos ya están escritas en el polvo cósmico, y forman parte de un plan mayor. Aunque parezca que tenemos libre albedrío, nuestras elecciones son simplemente una ilusión.
- Algunos creen que el destino se refiere a nuestro inexorable impulso por sobrevivir. Este instinto tan básico nos obliga a actuar de determinadas maneras predeterminadas, lo que puede considerarse un tipo de destino. En términos más generales, nuestro código genético afecta a gran parte de nuestras acciones y decisiones futuras y, por tanto, a nuestro destino.
- Algunos creen que todo el universo es determinista y, por tanto, todo lo que hay en él también lo es (es decir, se rige por un conjunto fijo de leyes físicas). Dado un conjunto de condiciones iniciales, podemos determinar con precisión los resultados basándonos en estas leyes físicas. Esto sugiere que todos nuestros destinos fueron fijados al comienzo del universo.
Al considerar el destino y el libre albedrío, todo se reduce al nivel de detalle.
Si creemos que todas nuestras elecciones individuales están predeterminadas por una deidad, entonces sólo existe la ilusión del libre albedrío. Si creemos que el destino existe a un nivel más alto de granularidad, por ejemplo a través de nuestro código genético o de las leyes físicas del universo, entonces hay espacio para la libertad personal y el logro.
Incluso si el universo es determinista, hay aleatoriedad a nivel individual.
De acuerdo con varias interpretaciones estándar de la mecánica cuántica, los fenómenos microscópicos son objetivamente aleatorios. Es decir, en un experimento en el que se controlan todos los parámetros causalmente relevantes, seguirá habiendo algunos aspectos del resultado que varíen al azar.
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Los sucesos individuales que son aleatorios pueden seguir describiéndose con precisión en masa, normalmente en términos de probabilidad o valor esperado. … Más sencillamente, aunque no se puede predecir un solo lanzamiento de una moneda justa, su comportamiento general puede describirse diciendo que si se realiza un gran número de lanzamientos, aproximadamente la mitad de ellos saldrá cara.
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La mayoría de nosotros vivimos vidas cortas si las comparamos con la edad y el movimiento del universo, por lo que nuestras vidas existen en los breves momentos aleatorios que el universo lleva hacia su final predestinado.
Las dos caras del destino
El destino tiene dos caras.
Por un lado da sentido a nuestras tragedias. Por otro lado, le quita el sentido a nuestros logros.
Por un lado, nos permite no asumir la responsabilidad de nuestros crímenes. Por otro lado, nos quita la motivación para actuar, y tomar el control de nuestra propia vida.
Creo que el universo se rige por un conjunto fijo de leyes físicas y es determinista. De este modo, el destino existe. Sin embargo, también creo que hay aleatoriedad entre los estados inicial y final de un sistema complejo, lo que permite el libre albedrío.
Todos sabemos que nuestra vida en la Tierra terminará, pero lo que importa son todos los pasos intermedios.
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