Es probable que, si eres una mujer con la regla, hayas tenido un quiste ovárico en algún momento. Los quistes ováricos -bolsas llenas de líquido o tejido en los ovarios- son extremadamente comunes y normalmente no significan nada malo, incluso cuando se rompen.

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«Los quistes normales y fisiológicos pueden crecer, romperse y sangrar todos los meses, como parte de su ciclo menstrual normal», dice Cara King, DO, Directora de Cirugía Ginecológica Benigna.

Pero hay otros quistes ováricos que no son tan normales. Estos tipos -que la Dra. King llama quistes patológicos- incluyen los quistes dermoides, los cistadenomas y los endometriomas.

«Son raros», dice. «Y los quistes cancerosos son aún más raros. Sin embargo, cuando estos quistes patológicos se rompen, puede ser una situación urgente».

¿Por qué estallan los quistes ováricos?

En general, no sabemos qué es lo que hace que un quiste estalle, admite la Dra. King.

El tamaño puede ser un factor. Cuanto más grande es el quiste, más probable es que reviente, como un globo de agua sobrellenado. Sin embargo, puede haber quistes enormes que crecen tan lentamente que no se rompen, así como quistes pequeños de crecimiento rápido que sí lo hacen.

El sexo y el ejercicio intenso también pueden provocar la ruptura del quiste.

«Algunos quistes ováricos provocan dolor en la parte baja del abdomen y otros síntomas», dice la Dra. King. «Pero no hay ninguna señal de advertencia específica que indique que un quiste está a punto de romperse».

Además del dolor intenso, hay que estar atento a la infección y al sangrado

Para muchas mujeres, la ruptura de un quiste puede ser insoportable. Algunas dicen que se siente como un ataque de apendicitis, especialmente porque los quistes ováricos son más comunes en la parte inferior derecha, cerca del apéndice.

Sin embargo, el dolor puede estar en cualquiera o en ambos lados del abdomen. Y puede venir acompañado de:

  • Náuseas y/o vómitos. Dependiendo del quiste, el contenido que se filtra en el abdomen puede hacer que te sientas muy mal.
  • Fiebre. Esta es una señal de que puede tener una infección de un quiste ovárico.
  • Mareos. Esto puede indicar que hay una gran hemorragia en tu vientre. Otros síntomas de hemorragia son los cambios de visión y los latidos acelerados del corazón. No todos los quistes rotos provocan una hemorragia excesiva, pero corres un mayor riesgo si tomas anticoagulantes o tienes un trastorno hemorrágico.

«Si tienes alguno de estos síntomas, acude al adoctor de inmediato», dice el doctor King. «El sangrado excesivo o una infección es una emergencia que puede requerir cirugía o antibióticos».

Típicamente, la cirugía es mínimamente invasiva.El cirujano ginecológico utilizará un laparoscopio para encontrar el área que está sangrando, sacar el quiste y eliminar toda la sangre y el material que causa la infección.

¿Dónde va el contenido?

La mayoría de las veces, un quiste roto no requiere cirugía. Si puedes controlar el dolor con analgésicos de venta libre y no tienes ningún signo de sangrado abundante o infección, es probable que te recuperes por ti misma.

Tu cuerpo absorberá lo que salga del quiste. Eso varía según el tipo de quiste que sea, pero puede ser sangre, moco u otro líquido. Los quistes dermoides pueden contener todo tipo de cosas sorprendentes, como pelo, piel y dientes.

La absorción del líquido de los quistes normales y fisiológicos se produce con bastante rapidez: en 24 horas. Otros contenidos pueden tardar más. Por ejemplo, la sangre espesa de un endometrioma puede tardar semanas en absorberse. Y el dolor puede persistir mientras la sangre no absorbida sigue irritando el revestimiento abdominal.

«La mayoría de los quistes ováricos no son motivo de preocupación», dice el Dr. King. «Incluso si se rompen, el cuerpo suele encargarse de la curación y la limpieza. En realidad, sólo cuando se presentan síntomas graves y repentinos es cuando se debe buscar atención médica».

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