Renacimiento es la consecuencia de renacer (nacer nuevamente). El concepto suele emplearse para nombrar el resurgimiento o la revivificación de algo o de alguien. Por ejemplo: «Después de varios meses de pobres resultados, el tenista ganó tres torneos consecutivos y confirmó su renacimiento», «El renacimiento de la ciudad se produjo gracias al auge del turismo», «El cuarto disco supuso el renacimiento del cantante».
Cuando la idea se escribe con mayúscula inicial (Renacimiento), hace referencia a un periodo histórico y movimiento artístico que se desarrolló en Europa entre el siglo XV y el siglo XVI.
Con origen en Italia, el Renacimiento se caracterizó por una revalorización de la cultura clásica de la Antigua Roma y la Antigua Grecia. Los artistas renacentistas intentaban representar la naturaleza y la realidad de manera fiel y se mostraban interesados en diversas ramas del arte y de la ciencia.
Leonardo da Vinci es uno de los máximos exponentes del Renacimiento. «La última cena», «La Gioconda» y «El hombre de Vitruvio» son algunas de las obras más famosas de este hombre que, además de pintor y escultor, se destacó en innumerables áreas científicas. Por otro lado, también se aprecian sus diversos inventos.
Una de las características principales del Renacimiento fue una suerte de retorno a la Antigüedad, en cuanto a que volvieron a surgir diversos métodos e ideas del pasado, como ser las siguientes: creencias antiguas, elementos simbólicos que volvieron a ser adoptados, temas relacionados con el plano mitológico, formas arquitectónicas antiguas, el orden clásico, plásticos antiguos y motivos formales que fueron usados nuevamente. Esto no supuso una mera reinserción de componentes aislados, sino el resultado de su valoración y un intento de fusionarlo con la sabiduría de la época.
En el Renacimiento también se renovó la relación que el ser humano tenía con la naturaleza, algo que estuvo ligado a la forma realista e ideal en la que concibió la ciencia. La búsqueda de un fundamento racional para la idea de belleza se apoyó en los conocimientos matemáticos. Es importante señalar que, del mismo modo que en la Antigüedad, en el Renacimiento la gente aspiraba a desvelar los secretos de la naturaleza para adentrarse en todos sus conceptos, para sumergirse en ellos y no meramente para registrarlos como parte del saber humano.
El ser humano se convirtió en la regla con la cual se midieron todas las cosas durante el Renacimiento. Los artistas, en base a esta nueva forma de observar el mundo, se liberaron de ciertos rasgos propios del Medioevo y comenzaron a apoyarse en la formación científica, lo cual los posicionó en el rango social más alto.
Gran parte de la clase alta sentía un profundo interés en el arte, y no era raro que encargaran a los artistas un sinfín de piezas originales para uso privado, hecho que explica en parte el auge del arte que se relaciona con este periodo histórico. Además de Leonardo da Vinci, podemos nombrar a Rafael, Tiziano, Miguel Ángel, Donatello y Botticelli, entre los personajes más destacados del Renacimiento.
Más allá del Renacimiento del siglo XV, los historiadores suelen usar la noción para nombrar a otras etapas que se caracterizan por un esplendor del arte y de la ciencia que llega tras una crisis o periodos complicados. Así puede hablarse, por citar un caso, del Renacimiento de Harlem, que tuvo lugar en este barrio de Nueva York en la década de 1920.
El Renacimiento de Harlem supuso un resurgimiento del arte negro que tuvo lugar entre los ciudadanos de ascendencia afroamericana del barrio neoyorquino. Entre los componentes fundamentales de este periodo de renacer artístico destacaron especialmente la pintura, la literatura y el Jazz.