Dolor crónico: Dolor (una sensación desagradable de malestar) que persiste o progresa durante un largo período de tiempo. En contraste con el dolor agudo que surge repentinamente en respuesta a una lesión específica y que suele ser tratable, el dolor crónico persiste a lo largo del tiempo y suele ser resistente a los tratamientos médicos.

El dolor crónico puede estar relacionado con una serie de condiciones médicas diferentes, incluyendo (pero sin limitarse a) la diabetes, la artritis, la migraña, la fibromialgia, el cáncer, el herpes zóster, la ciática y los traumatismos o lesiones anteriores. El dolor crónico puede empeorar en respuesta a factores ambientales y/o psicológicos.

Existen diversas opciones de tratamiento para las personas con dolor crónico. El objetivo del tratamiento del dolor es proporcionar un alivio de los síntomas y mejorar el nivel de funcionamiento del individuo en las actividades diarias. Se han utilizado varios tipos de medicamentos para el tratamiento del dolor crónico, como el paracetamol, el ibuprofeno, la aspirina, los inhibidores de la COX-2, los antimigrañosos, los sedantes, los opiáceos y los antidepresivos. Los tratamientos no farmacológicos para el dolor crónico pueden incluir el ejercicio, la fisioterapia, el asesoramiento, la estimulación eléctrica, la biorretroalimentación, la acupuntura, la hipnosis, la medicina quiropráctica y otros tratamientos.

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