Completo Conciso

Contenido del capítulo

Solomon muestra que todas las cosas humanas son vanas. (1-3) El trabajo del hombre y la falta de satisfacción. (4-8) No hay nada nuevo. (9-11) La vejación en la búsqueda del conocimiento. (12-18)

Comentario sobre Eclesiastés 1:1-3

(Leer Eclesiastés 1:1-3)

Se puede aprender mucho comparando una parte de la Escritura con otra. Aquí vemos a Salomón regresando de las cisternas rotas y vacías del mundo, a la Fuente de agua viva; registrando su propia locura y vergüenza, la amargura de su decepción, y las lecciones que había aprendido. Aquellos que han tomado la advertencia de volverse y vivir, deberían advertir a otros de no seguir adelante y morir. No se limita a decir que todas las cosas son vanas, sino que son vanidad. VANIDAD DE VANIDADES, TODO ES VANIDAD. Este es el texto del sermón del predicador, que en este libro nunca pierde de vista. Si este mundo, en su estado actual, lo fuera todo, no valdría la pena vivir; y las riquezas y los placeres de este mundo, si los tuviéramos, no son suficientes para hacernos felices. ¿De qué le sirve al hombre todo su trabajo? Todo lo que obtenga con él no suplirá las necesidades del alma, ni satisfará sus deseos; no expiará los pecados del alma, ni impedirá la pérdida de la misma: ¿de qué le servirán al alma las riquezas del mundo en la muerte, en el juicio o en el estado eterno?

Comentario al Eclesiastés 1:4-8

(Leer Eclesiastés 1:4-8)

Todas las cosas cambian, y nunca descansan. El hombre, después de todo su trabajo, no está más cerca de encontrar descanso que el sol, el viento o la corriente del río. Su alma no encontrará descanso, si no lo tiene de Dios. Los sentidos se cansan pronto, pero siguen deseando lo que no se ha probado.

Comentario sobre Eclesiastés 1:9-11

(Lee Eclesiastés 1:9-11)

Los corazones de los hombres y sus corrupciones son los mismos ahora que en tiempos pasados; sus deseos, y búsquedas, y quejas, siguen siendo los mismos. Esto debería alejarnos de esperar la felicidad en la criatura, y animarnos a buscar las bendiciones eternas. Cuántas cosas y personas en los días de Salomón se consideraban muy grandes, y sin embargo ahora no se recuerdan!

Comentario sobre Eclesiastés 1:12-18

(Leer Eclesiastés 1:12-18)

Salomón probó todas las cosas, y las encontró vanidad. Encontró que su búsqueda del conocimiento era agotadora, no sólo para la carne, sino también para la mente. Cuanto más veía las obras que se hacían bajo el sol, más veía su vanidad; y la vista a menudo enfurecía su espíritu. No podía obtener la satisfacción para sí mismo, ni hacer el bien a los demás, que esperaba. Incluso la búsqueda del conocimiento y la sabiduría descubrió la maldad y la miseria del hombre, de modo que cuanto más sabía, más motivos veía para lamentarse y llorar. Aprendamos a odiar y temer el pecado, causa de toda esta vanidad y miseria; a valorar a Cristo; a buscar el descanso en el conocimiento, el amor y el servicio del Salvador.

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