Abstract
Un labrador macho de cinco años se presentó en las Clínicas Veterinarias Docentes de GADVASU con una queja primaria de abdomen distendido, fiebre y anorexia. El perro se encontró apagado con una temperatura rectal elevada (104 °F), frecuencia cardíaca (148 por minuto) y frecuencia respiratoria (58 por minuto). El examen de frotis de sangre y la prueba de PCR revelaron que el perro era positivo para Babesia gibsoni. Las alteraciones hematobioquímicas eran la elevación de la bilirrubina, la alanina aminotransferasa (ALT), la fosfatasa alcalina (ALP), la creatinina, el nitrógeno ureico en sangre (BUN), el recuento total de leucocitos, la hipoalbuminemia y la hipoproteinemia. La radiografía y la ecografía mostraron aspecto de vidrio deslustrado y área anecoica del abdomen, respectivamente.
1. Introducción
La babesiosis canina es una de las enfermedades hemoprotozoicas transmitidas por garrapatas más importantes de los perros, causada por parásitos protozoarios intraeritrocíticos del género Babesia, de los que se tiene constancia en todo el mundo y en varias partes de la India, incluido el estado de Punjab. Se ha observado una prevalencia variable tanto de B. canis como de B. gibsoni en la India (del 0,66 al 21,7%) y en Ludhiana se registró una prevalencia del 5,26%. La patogénesis de la babesiosis canina varía en diferentes regiones, posiblemente debido a la variación en la patogenicidad de las diferentes cepas de las especies de Babesia en diversas condiciones ecológicas. La gravedad de la babesiosis está relacionada con el grado de replicación del parásito en los glóbulos rojos del huésped, con la consiguiente lisis celular. Se ha observado una amplia variedad de signos clínicos como anorexia, letargo, ictericia, vómitos y una marcada pérdida de condición corporal junto con anormalidades clinicopatológicas variables que incluyen hemoglobinuria, hipoglucemia, alteraciones ácido-base, azotemia y elevaciones en los niveles de enzimas hepáticas . Además, B. gibsoni provoca anemia hemolítica regenerativa y trombocitopenia. La esferocitosis y los resultados positivos de la prueba de Coombs directa sugieren un componente inmunomediado. La trombocitopenia es un hallazgo frecuente. En la presente comunicación describimos las observaciones clínico-hematobioquímicas, radiográficas y ultrasonográficas en un caso muy raro de derrame peritoneal debido al efecto patógeno de la infección por Babesia gibsoni.
2. Descripción del caso
Un perro labrador macho de cinco años se presentó en el Hospital de Enseñanza Veterinaria de la Universidad de Ciencias Veterinarias y Animales Guru Angad Dev, Ludhiana, julio de 2013, con distensión abdominal y anorexia persistente durante los últimos dos días. El perro presentaba un mal estado corporal. Durante el examen físico, el perro estaba piretico (104 °F), con una frecuencia cardíaca de 148 latidos por minuto y una frecuencia respiratoria de 58 respiraciones por minuto. Las mucosas estaban pálidas. Se extrajeron garrapatas del perro y se identificaron como Rhipicephalus sanguineus.
Se tomaron muestras de sangre para realizar análisis hematológicos y bioquímicos del suero.
2.1. Análisis hematológico y bioquímico
El análisis hematológico y bioquímico reveló una anemia de moderada a grave con elevación de la bilirrubina, la alanina aminotransferasa (ALT), la fosfatasa alcalina (ALP), la creatinina, el nitrógeno ureico en sangre (BUN), el recuento total de leucocitos, la hipoalbuminemia y la hipoproteinemia como alteraciones hematobioquímicas (Tabla 1). La insuficiencia hepática crónica en caso de babesiosis podría dar lugar a hipoalbuminemia . Los parámetros hematológicos sugerían que el perro podía tener parásitos sanguíneos u otras enfermedades infecciosas relevantes. La patogénesis de la anemia parece implicar mecanismos no hemolíticos y hemolíticos. La hemólisis puede involucrar a las proteasas producidas por el parásito invasor, una reacción inmune a las células parasitadas, y/o daño oxidativo a los eritrocitos. Los valores de VCM, MCH y MCHC estaban justo en el límite del rango normal (Tabla 1), lo que indica que la anemia no se debía a una deficiencia de hierro, pero el VCM y la MCHC no suelen diferenciar correctamente los distintos patrones de anemia. La anomalía más frecuente fue la trombocitopenia. La razón de la trombocitopenia en la babesiosis podría deberse al secuestro de plaquetas en el bazo o a la destrucción de plaquetas mediada por el sistema inmunitario y al desarrollo de coagulación intravascular diseminada.
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Kahn et al. . |
2.2. Examen parasitológico
Para distinguir entre estas posibilidades, el examen microscópico de los frotis de sangre fina teñidos con Giemsa y preparados a partir del margen de la oreja se llevó a cabo bajo lente de inmersión en aceite (100x). El examen reveló la presencia de organismos en forma de anillo, ovalados, en forma de paracaídas y en forma de coma, de unos 1-3 μm de diámetro en los eritrocitos (Figura 1). Sobre la base del tamaño de los parásitos intracelulares en este caso, se consideró la posibilidad de que el perro se hubiera infectado con Babesia spp. de pequeño tamaño, especialmente con B. gibsoni. El grado de parasitemia, calculado como el porcentaje de glóbulos rojos infectados mediante el recuento de 1000 glóbulos rojos, fue del 10,5%. Las garrapatas presentes en el perro fueron identificadas como Rhipicephalus sanguineus. El hecho de que B. gibsoni no pueda distinguirse de otros aislamientos de pequeños babesios caninos por medio de la microscopía nos impulsó a realizar la PCR para el diagnóstico final utilizando el cebador específico de B. gibsoni .
2.3. Extracción de ADN
El ADN de la sangre total (300 μL) se extrajo utilizando el kit de purificación de ADN (QIAGEN, GmbH, Alemania) según las instrucciones del fabricante.
Se utilizó un conjunto de cebadores que incluía el cebador directo (Gib599 F): 5′CTCGGCTACTTGCCTTGTC3′ y el cebador inverso (Gib1270R): 5′GCCGAAACTGAAATAACGGC 3′ para amplificar un fragmento de 671 pb de la región del gen 18 S rRNA específico de B. gibsoni . La mezcla de PCR consistió en una concentración molar 1X de 12,5 µL de mezcla maestra (tampón de PCR 1X QIAGEN, 2,5 unidades de Taq ADN polimerasa, 200 µM de cada dNTP y 1,5 mM de MgCl2), 1,5 µL de 10 pmol de cada uno de los respectivos cebadores y 5 µL de plantilla como fuente de ADN.
Después de una desnaturalización inicial a 95°C durante 5 min, se realizaron 30 ciclos de desnaturalización (94°C durante 45 seg), recocido (57°C durante 1 min) y extensión (72°C durante 1 min) y la extensión final se realizó a 72°C durante 8 min. En la reacción de PCR se incluyó un control negativo de la muestra (sólo ADN de sangre canina) y un control negativo de ADN (agua Milli-Q en sustitución del ADN). Los productos de la PCR se corrieron en un gel de agarosa al 1,5% y se tiñeron con bromuro de etidio. El tamaño del producto de PCR amplificado fue de 671 pb (Figura 2).
2.4. Análisis del líquido peritoneal
Basado en la distensión abdominal se sospechó de ascitis. Se realizó una pestaña peritoneal y se recogieron 2 mL de líquido peritoneal claro. El líquido peritoneal se examinó típicamente en cuanto a color, turbidez, proteínas totales y concentración de albúmina. El líquido era transparente y claro. La proteína total y la albúmina eran de 0,4 g/dL y 0,2 g/dL, respectivamente, lo que indica hipoproteinemia (0,4 g/dL) e hipoalbuminemia (0,2 g/dL).
2.5. Radiografía y ultrasonografía
La radiografía y la ultrasonografía mostraron aspecto de vidrio deslustrado y área anecoica del abdomen, respectivamente (Figuras 3 y 4). De este modo, se confirmó que se trataba de un caso de ascitis. Aunque los signos clínicos más comunes de la babesiosis son la anorexia, el letargo, la fiebre recurrente, la palidez de las mucosas y la emesis, nuestros resultados revelaron que es importante no descuidar la babesiosis en el diagnóstico diferencial de la ascitis. Los perros con ascitis deben ser sometidos a un diagnóstico parasitológico clásico o molecular para descartar la babesiosis. Los organismos de Babesia infectan los eritrocitos de los perros, provocando una anemia hemolítica. Se sabe que la infección por B. gibsoni causa signos clínicos más graves que la infección por Babesia spp. grandes y puede dar lugar a síndromes de disfunción de múltiples órganos. Como el perro estaba gravemente anémico con otras anomalías graves en los parámetros relacionados con los órganos vitales, murió a los dos días del tratamiento.
3. Conclusión
Hasta donde sabemos, éste es el primer informe de un caso de derrame peritoneal en un perro asociado a una infección por B. gibsoni diagnosticado mediante examen microscópico y reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en combinación con el análisis del líquido peritoneal, la radiografía y la ecografía.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses en relación con la publicación de este artículo.