Foto de autor de Anna Monette Roberts

Mi madre hizo un gesto de dolor este sábado mientras conducíamos hacia el yoga. «¿Estás bien, mamá?» Le pregunté. Aunque seguía asegurando que estaba bien, el dolor se fue magnificando a lo largo del día. Y, sin embargo, siguió con sus ajetreados planes del sábado, sonriendo y actuando con normalidad, hasta la hora de la cena, cuando no se atrevió a comer ni a beber nada. Todos habíamos consumido los mismos alimentos ese fin de semana, así que descartamos una intoxicación alimentaria. «Tal vez tenga un bichito», tranquilizó a la familia. En las horas siguientes, le subió la fiebre y se puso más enferma a medida que pasaba el tiempo. Mi padre la llevó al hospital, y una tomografía computarizada confirmó lo que ninguno de nosotros podría haber adivinado: sufría de apendicitis.

Las siguientes 12 horas fueron dolorosas y con riesgo de muerte para mi madre y estresantes y emotivas para la familia. Empeoró mientras el hospital se apresuraba a reunir personal quirúrgico en domingo. Cuando la atendieron, el apéndice se había roto. Por suerte, la operación y la recuperación no han tenido ninguna complicación. Todavía se está recuperando y está mostrando signos positivos, pero me hizo pensar: si nuestra familia hubiera sabido las diferencias entre un virus estomacal y la apendicitis, tal vez la habríamos llevado al hospital antes.

Hay algunos signos reveladores de la apendicitis que difieren en gran medida de la gripe estomacal, y vale la pena memorizarlos.

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Virus estomacal Apendicitis
Causa Pasa por un virus que ataca los intestinos; se contrae al entrar en contacto con alguien infectado o al tocar algo que éste haya tocado. Este virus también puede transmitirse a través de alimentos o agua contaminados. Se produce cuando el apéndice, una bolsa en forma de dedo situada al final del colon, se infecta y se inflama. Cualquier persona con apéndice puede desarrollar apendicitis en cualquier momento de su vida.
Síntomas
  • Diarrea acuosa
  • Náuseas y/o vómitos
  • Calambres abdominales
  • Fiebre
  • Dolores musculares dolores
  • Dolor de cabeza

Los síntomas aparecen uno o dos días después de la exposición al virus y suelen durar uno o dos días, pero pueden durar hasta 10 días.

  • Dolor abdominal repentino que suele comenzar alrededor del ombligo y se desplaza a la parte inferior derecha del abdomen
  • El dolor empeora al caminar o toser o con movimientos bruscos
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y/o vómitos
  • Fiebre que empeora
  • Estreñimiento o diarrea
  • Dolor rectal

Los síntomas pueden aparecer rápidamente y empeorar drásticamente en cuestión de horas. A menudo es necesaria una intervención quirúrgica y la recuperación dura hasta dos semanas.

Complicaciones
  • Deshidratación (causada por el exceso de vómitos y diarrea)
  • Ruptura del apéndice (el apéndice lleno de pus estalla y propaga la infección por todo el abdomen. Puede poner en peligro la vida y requiere una intervención quirúrgica inmediata)
  • Se forma una bolsa de pus en el abdomen (si el apéndice estalla, puede formarse un absceso, lo que requiere que el cirujano introduzca un tubo para drenar la infección antes de extirpar el apéndice)
Método de diagnóstico Un médico le preguntará por sus síntomas o le tomará una muestra de heces. Si ven bacterias, saben que no se trata de un bicho. Un médico le hará preguntas sobre el dolor antes de realizar un examen físico, un análisis de sangre (para comprobar si el recuento de glóbulos blancos es alto, lo que indica una infección), un análisis de orina (para detectar una posible ITU o un cálculo renal) y una tomografía computarizada para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento
  • Descansar
  • Reemplazar los líquidos perdidos
  • Empezar a comer alimentos suaves como tostadas, arroz y patatas
  • Evitar los productos lácteos, cafeína, alimentos picantes y alimentos grasos
  • Antibióticos para prevenir la infección
  • Analgésicos
  • Cirugía para extirpar el apéndice (apendicectomía). Generalmente, será laparoscópica (con incisiones muy pequeñas), pero si está roto o infectado, puede ser necesaria una apendicectomía abierta.
Prevención Evite entrar en contacto con una persona infectada o con cualquier cosa que haya tocado. Lávese las manos a fondo y con frecuencia, especialmente antes de comer y después de utilizar las máquinas del gimnasio. No comparta objetos personales como tazas, utensilios o toallas. Aunque no se conoce ninguna forma de prevenir la apendicitis, se dice que es menos frecuente entre las personas que llevan una dieta rica en fibra.

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