Millones de personas pasan por los controles de seguridad de los aeropuertos de Estados Unidos cada año. Estos controles de seguridad, en respuesta a las amenazas terroristas posteriores al 11 de septiembre y al «terrorista de la ropa interior» de 2009, se han vuelto cada vez más gravosos para el público en general debido al despliegue generalizado de «sistemas de control mejorados.» Los sistemas de control mejorados que han generado más controversia son los «escáneres de cuerpo entero» para pasajeros. Estos sistemas permiten al personal de seguridad de los aeropuertos detectar eficazmente el contrabando (a menudo oculto bajo la ropa) sin el contacto físico que requiere un cacheo al desnudo. Los dos tipos de escáneres de cuerpo entero (también conocidos como sistemas de tecnología de imagen avanzada), utilizados en los aeropuertos de Estados Unidos y de todo el mundo, se denominan unidades de tecnología de retrodispersión y unidades de tecnología de ondas milimétricas. Aunque sus respectivas emisiones de radiación varían, ambos escáneres sirven para el mismo propósito; es decir, la detección de amenazas metálicas y no metálicas ocultas en forma de líquidos, geles, plásticos, etc. Aunque los sistemas de escaneo mejorados se desplegaron para promover los esfuerzos de seguridad pública, también han generado una amplia preocupación pública. En concreto, estas preocupaciones se refieren a los posibles problemas de salud y privacidad que pueden derivarse de la exposición continuada del público a los sistemas de escáner de cuerpo entero.

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