La dificultad para respirar (también conocida como falta de aire, disnea o disnea) está causada por varios mecanismos relacionados con diferentes problemas del organismo. A lo largo de la vida, se pueden experimentar raros episodios de falta de aire como parte de un alto nivel de actividad, como un esfuerzo exhaustivo, o durante condiciones ambientales como la gran altitud o las temperaturas muy cálidas o frías. Aparte de estas condiciones extremas, la falta de aire suele ser un signo de un problema médico.

¿Cuándo es la falta de aire un signo de un problema médico?

Si la falta de aire es prolongada y persistente, es probable que esté relacionada con un problema médico. Sin embargo, si es repentina y de gran intensidad, aunque sea de corta duración, puede justificar una evaluación médica. Los siguientes son otros indicios de la existencia de un problema médico.

  • Dificultad respiratoria en reposo

  • Dificultad respiratoria con la actividad o el ejercicio

  • Dificultad respiratoria al acostarse

  • Dificultad respiratoria al exponerse a alérgenos o agentes provocadores

  • Dificultad respiratoria acompañada de:

  • Dolor en el pecho o molestia en el pecho

  • Molestia o dolor en 1 o ambos brazos, dolor irradiado a la mandíbula, o dolor en el cuello

  • Hinchazón en tobillos y pies

  • Aumento de peso o pérdida de peso involuntaria con pérdida de apetito

  • Fatiga inusual

  • Sudoración

  • Amarillo, verde, o de color óxido, o flema o sangre en el esputo

  • Fiebre

  • Sonidos de sibilancia o de calor con la respiración

  • Persistente, tos crónica

  • Decoloración azul de los labios o de las yemas de los dedos

  • Desmayos, mareos, vahídos

  • Deformación en forma de cubo de las yemas de los dedos

¿Qué causa la falta de aire?

El síntoma de la falta de aire puede ser causado por una variedad de anormalidades en diferentes sistemas de órganos del cuerpo (Figura).

Órganos que pueden estar implicados en el desarrollo de la disnea. La X del recuadro superior indica la ubicación del centro respiratorio.

Problemas pulmonares

  • Infecciones recientes, como bronquitis o neumonía, o infecciones prolongadas (crónicas), como tuberculosis o bronquitis crónica. La falta de aire puede ir acompañada de flema descolorida y/o fiebre.

  • Asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y enfisema: Las vías respiratorias se estrechan con una mayor resistencia a la exhalación de aire del pulmón, lo que provoca un atrapamiento de aire en el pulmón. La falta de aire puede ir acompañada de sibilancias. En el caso del asma, suele haber antecedentes de alergia, mientras que en la EPOC o el enfisema, suele haber antecedentes de tabaquismo.

  • Cáncer de pulmón y otros tumores: La falta de aire suele ir acompañada de pérdida de apetito y de peso involuntaria. Suele haber una larga historia de tabaquismo intenso.

  • Caracterización y daño del tejido pulmonar por toxinas (como la asbestosis) o por enfermedades sistémicas (como la artritis reumatoide). Suelen existir antecedentes conocidos de estas enfermedades sistémicas o exposiciones laborales.

  • Coágulo en la circulación pulmonar (émbolo pulmonar): La disnea suele ser repentina y estar asociada a una respiración rápida y puede ir acompañada de dolor en el pecho. Las personas con coágulos sanguíneos en las piernas o la pelvis (trombosis venosa profunda o TVP), enfermedades debilitantes, inmovilidad o tendencia hereditaria a la formación de coágulos pueden ser propensas a esta afección (para más información sobre la embolia pulmonar, consulte la página de pacientes de cardiología de Goldhaber y Morrisson. Embolia pulmonar y trombosis venosa profunda. Circulation. 2002;106:1436-1438).

  • Enfermedades del saco pulmonar (pleura): Si la pleura se engrosa, se cicatriza o se llena de líquido o sangre a causa de una infección (pleuritis), cáncer o toxinas (asbestosis), o si se llena de aire (llamado neumotórax) a causa de un traumatismo, dificultará la expansión del pulmón, lo que provocará falta de aire.

  • Enfermedades del diafragma y/o de la pared torácica: El diafragma es el músculo que expande el pulmón. Puede quedar paralizado después de una cirugía torácica. La obesidad y las deformidades de la columna vertebral o de la pared torácica también pueden producir dificultad para respirar.

Problemas cardíacos

  • Insuficiencia cardíaca: La dificultad para respirar en la insuficiencia cardíaca está causada por la disminución de la capacidad del corazón para llenarse y vaciarse, produciendo presiones elevadas en los vasos sanguíneos que rodean el pulmón. Los síntomas habituales de la insuficiencia cardíaca son la dificultad para respirar cuando se está tumbado (éste es un síntoma específico de la insuficiencia cardíaca), la necesidad de apuntalar la cabecera de la cama con muchas almohadas, la vigilia nocturna con falta de aliento, la tos nocturna o cuando se está tumbado, la falta de aliento con la actividad, la hinchazón de tobillos o piernas, la fatiga inusual con la actividad y el aumento de peso con líquidos.

La causa de la insuficiencia cardíaca suele ser un daño en el músculo cardíaco. En la mayoría de los pacientes, la causa es un ataque al corazón (enfermedad de las arterias coronarias). En algunos, está causada por la filtración o el estrechamiento de las válvulas del corazón (en esta condición, el médico informará de que oye un soplo), el debilitamiento del músculo cardíaco causado por toxinas (como el alcohol o la cocaína), infecciones virales, factores hereditarios o factores desconocidos.

Problemas de enfermedades sistémicas

  • Anemia, recuento bajo de glóbulos rojos: Dado que los glóbulos rojos transportan oxígeno, cuando su número es extremadamente bajo, no se satisfarán las demandas de oxígeno del organismo, lo que provocará falta de aire.

  • Estados metabólicos aumentados, como un nivel tiroideo elevado, shock (presión arterial extremadamente baja), infección sistémica grave (sepsis) o fiebre: El aumento de las demandas de oxígeno del organismo tratará de satisfacerse respirando fuerte y rápidamente.

  • Problemas renales o hepáticos crónicos: Debido al aumento de líquido en los pulmones y en el cuerpo y a la alteración del intercambio de oxígeno en los pulmones, los pacientes pueden experimentar dificultad para respirar en las fases avanzadas de ambas afecciones.

Problemas del sistema nervioso

  • Aumento de la presión en el cerebro causado por traumatismos, tumores, accidentes cerebrovasculares o hemorragias. Cuando la parte del cerebro que regula la respiración se ve afectada, estas raras afecciones pueden dar lugar a dificultades para respirar. Otros síntomas neurológicos suelen preceder a la falta de aire.

  • Los trastornos nerviosos y musculares que afectan a la capacidad de coordinar y expandir el pecho y que afectan al movimiento del diafragma pueden producir dificultad para respirar.

  • Trastorno de ansiedad: La ansiedad se acompaña a veces de una respiración pesada y rápida (hiperventilación). La dificultad respiratoria suele resolverse una vez que finaliza el episodio de ansiedad.

¿Cómo se evalúa la dificultad respiratoria?

Su médico le realizará un examen físico completo y obtendrá una radiografía de tórax. Si se sospecha de una enfermedad cardíaca, es posible que se le realice un ECG, un ecocardiograma o una gammagrafía del corazón para medir su función de bombeo y/o una prueba de esfuerzo para evaluar posibles obstrucciones en los vasos que alimentan el corazón (enfermedad arterial coronaria). Si se sospecha de una enfermedad pulmonar, puede someterse a un estudio de la función pulmonar (espirometría o PFT). Ocasionalmente, puede realizarse una prueba de esfuerzo (prueba de ejercicio cardiopulmonar) en una cinta de correr o en una bicicleta para medir el intercambio de gases pulmonares, la aptitud física y la función cardíaca. En algunos casos pueden ser necesarias pruebas adicionales, como un TAC (tomografía computarizada).

¿Cómo se trata la falta de aire?

El tipo de tratamiento depende de la causa subyacente. Si se le diagnostica insuficiencia cardíaca, puede tratarse con medicamentos como píldoras de líquidos (diuréticos), inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, digoxina y betabloqueantes. Si la causa es el asma o una enfermedad pulmonar crónica, puede tratarse con medicamentos que reduzcan el espasmo o la inflamación de las vías respiratorias o con oxígeno. En caso de infección, pueden recetarle un antibiótico.

¿Qué puedo hacer para cuidarme?

  • Deje de fumar. Dejar de fumar le ayudará a aliviar algunos de sus síntomas y a reducir el riesgo de cáncer de pulmón.

  • Evite la exposición a alérgenos, polvo y sustancias tóxicas. Si es asmático, evite la exposición a los alérgenos que provocan la falta de aire.

  • Evite el sobrepeso y haga ejercicio con regularidad. Consulte siempre a su médico antes de comenzar un programa de pérdida de peso o de ejercicio.

  • Si padece insuficiencia cardíaca, tome sus medicamentos con regularidad, evite la ingesta de sal y pésese a diario para controlar el estado de los líquidos.

  • Infórmese sobre su condición médica. Hable con su proveedor de atención médica para conocer los métodos para aliviar o resolver la falta de aire. Desarrolle un plan de acción para el empeoramiento de los síntomas.

Notas al pie

Corresponda a Biykem Bozkurt, MD, Medicine, 4C211, Houston VA Medical Center, 2002 Holocombe Blvd, Houston, TX 77030. Correo electrónico

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.