¡Rebajas de Semana Santa! Ahorre un 20% de descuento en los planes anuales

x

Dove con el verso de Proverbios sobre las madres

Muchos cristianos están familiarizados con el término «mujer virtuosa». La Escritura en Proverbios 31 casi siempre viene inmediatamente a la mente. Pero lo que puede no ser tan obvio es el significado de virtuosa, y la razón por la que la virtud debe ser considerada una característica valiosa a tener.
La verdadera virtud representa una excelencia moral que se juzga contra el estándar de la Palabra de Dios solamente. Alguien puede ser considerado como una buena persona según los estándares del mundo porque hace cosas buenas. Pero esa persona puede no estar a la altura de los estándares de la Palabra. Esto es cierto para muchos individuos.
Hacer cosas buenas no garantiza la entrada en el reino de Dios. Tampoco es lo mismo que elegir el bien sobre el mal. Hacer una buena obra es sólo actuar por un impulso benévolo cuando no se requiere una verdadera decisión del corazón. Desafortunadamente, muchos de los que viven una vida simplemente haciendo cosas buenas tienen estándares que se basan únicamente en lo que sea que se sienta como lo correcto.
Los creyentes están llamados a vivir por un estándar diferente, una forma de vida más alta. Están llamados a filtrar cada decisión difícil a través de la Palabra de Dios, y elegir hacer lo correcto basándose en esas normas. Estas normas son las que permiten a los creyentes mantenerse en pie frente a la oposición y apartarse del mundo.
El apóstol Pedro habló de la virtud en 2 Pedro 1:5-11. Se refirió a ella como una de las piedras del fundamento de la fe del creyente. Creer en Dios o en su Hijo, Jesucristo, por sí solo no constituye una vida cristiana victoriosa. Incluso los demonios creen, pero no se salvan. Según las instrucciones de Pedro, los creyentes debían añadir virtud a su fe. En otras palabras, debían buscar manifestar las características de Jesucristo debido a su fe en Él.
Al practicar estas virtudes, los creyentes aumentan su conocimiento de las cosas de Dios. Un aumento en el conocimiento trae la capacidad de mantener los límites personales y morales. Este tipo de autocontrol produce la capacidad de soportar circunstancias adversas, de las cuales surge un estilo de vida piadoso. La piedad trae consigo la bondad hacia otros hermanos y hermanas de la fe, que se convierte en amor real y genuino. Y todo esto se basa en la virtud.
La virtud es algo más que hacer lo correcto cuando es conveniente. Significa tener la fortaleza para tomar decisiones correctas en todos los ámbitos de la vida, independientemente de la oposición de las influencias externas. Para la mujer cristiana, esas decisiones se basan en su conocimiento de la Palabra y su deseo de vivir una vida agradable a Dios.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.