¿Por qué puede ser necesaria una amputación?

La mayoría de las amputaciones en Australia se realizan porque las arterias de las piernas se han obstruido y no llega suficiente sangre a la extremidad. Esto puede ser una complicación de la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo o la insuficiencia renal.

La diabetes es la razón más común por la que se necesita una amputación en Australia. Sin embargo, la mayoría de estas amputaciones podrían evitarse. Si tiene diabetes, es muy importante que cuide sus pies.

También puede ser necesaria una amputación si la extremidad:

  • tiene una infección grave
  • está afectada por la gangrena
  • está afectada por el cáncer
  • se ha lesionado gravemente -por ejemplo, al ser aplastada
  • está deformada o no se mueve o funciona correctamente

A veces sólo se amputa un dedo de la mano o del pie o parte de la mano o del pie (lo que se conoce como amputación menor). Las amputaciones mayores implican la extirpación del pie, de una parte de la pierna -generalmente por debajo o por encima de la rodilla- o de un brazo entero.

El tipo de amputación que puede necesitar una persona suele depender de la probabilidad de que la herida se cure. Si el riego sanguíneo es muy limitado, es posible que los tejidos no se curen ni siquiera después de una amputación menor, por lo que una amputación mayor puede ser la mejor opción.

Preparación para la cirugía

Las amputaciones pueden realizarse como cirugía de urgencia o electiva (planificada). Antes de las amputaciones planificadas, se reunirá con el cirujano para discutir qué operación es la mejor para usted.

Se le hará un examen médico completo y una evaluación psicológica. Se evaluará su miembro sano, ya que tendrá que soportar esfuerzos o tareas adicionales después de la operación. También se le aconsejará sobre las adaptaciones que pueda necesitar en casa o en el trabajo. Se planificará una fisioterapia para ayudarle a rehabilitarse después de la operación.

Durante la operación

Se le aplicará una anestesia general (en la que se duerme) o, en el caso de las amputaciones de piernas y pies, una epidural (en la que se adormece completamente la mitad inferior del cuerpo, pero usted sigue despierto).

El cirujano extirpará la extremidad, o parte de ella, y puede alisar el hueso restante. La herida se cerrará con puntos de sutura o grapas. Es posible que se introduzca un drenaje bajo la piel para evacuar el exceso de líquido. La herida se cubrirá con un vendaje durante unos días para evitar la infección.

¿Qué puede salir mal?

Una amputación es una cirugía mayor. Los posibles riesgos son:

  • problemas cardíacos, como un ataque al corazón
  • Trombosis venosa profunda (TVP)
  • Curación lenta de la herida o infección de la misma
  • Neumonía
  • Dolor en el muñón y en el «miembro fantasma»
  • Las úlceras por presión

Las personas mayores y las que tienen endurecimiento de las arterias corren más riesgo de sufrir complicaciones graves, incluso la muerte. Su cirujano le comentará todos estos riesgos antes de que dé su consentimiento para la operación.

Después de la operación, algunas personas desarrollan contracturas. En estos casos, los músculos, la piel, los tendones o los ligamentos se estiran y se vuelven rígidos, lo que limita su capacidad de movimiento. Cuanto más se mueva y haga ejercicio, menos probabilidades tendrá de desarrollar una contractura.

Manejar el dolor

La herida estará dolorida después de la operación, pero debería empezar a aliviarse en 2 a 5 días. Informe al equipo de cuidados si cree que necesita más analgésicos.

Muchas personas informan de dolor de «miembro fantasma». Sienten dolor en el miembro amputado, aunque ya no esté ahí. Este dolor suele ser leve y desaparece por sí solo. Pero en algunos pacientes puede convertirse en un problema grave y difícil de tratar. Si esto ocurre, es posible que necesite medicamentos diseñados para tratar el dolor nervioso combinados con una serie de otras terapias.

Rehabilitación

Se le colocará una prenda de compresión alrededor del muñón para ayudar a la hinchazón. Deberá llevarla todos los días y quitársela a la hora de acostarse. Asegúrese de lavar las prendas de compresión con regularidad y siga las instrucciones de su equipo médico para cuidar el muñón.

Su fisioterapeuta y terapeuta ocupacional elaborarán un programa de rehabilitación para ayudarle a volver al trabajo y a otras actividades. El programa comenzará unos días después de la operación y le ayudará a manejarse de forma independiente, por ejemplo, enseñándole a entrar y salir de una silla de ruedas. A continuación, puede pasar a un programa de ejercicios y aprender a utilizar su prótesis, si la tiene.

Prótesis

Es posible que le coloquen una prótesis (falsa) en algún momento después de la operación. Utilizar una prótesis puede ser un trabajo duro y necesitará mucha preparación, fisioterapia y rehabilitación. Las prótesis pueden no ser adecuadas para las personas muy frágiles o con problemas de salud graves.

La vida después de una amputación

La amputación puede afectar a todos los ámbitos de su vida, incluidos el hogar y el trabajo. Es mucho para adaptarse y necesitará apoyo.

Puede que necesite modificaciones en su casa o equipos como una rampa para las escaleras, barandillas o un elevador para la silla de ruedas. Es probable que tenga que cambiar sus rutinas y encontrar nuevas formas de hacer las cosas que está acostumbrado a hacer. Sin embargo, con la ayuda, la formación y el equipamiento adecuados, podrá disfrutar de una buena calidad de vida. Cuanto más sano y en forma esté, más fácil será la adaptación.

La amputación también puede tener un efecto significativo en la salud mental. Para algunas personas, perder una extremidad es como perder a un ser querido y necesitarán hacer el duelo. Asumir el impacto psicológico de una amputación es tan importante como afrontar los cambios físicos.

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