Es el gran debate sobre el dolor: el hielo frente al calor. Ambos pueden ayudar a calmar el dolor y reducir la inflamación. Pero, ¿cuál debería usar y cuándo?

Es el gran debate sobre el dolor: hielo o calor. Ambos pueden ayudar a calmar el dolor y reducir la inflamación. Pero, ¿cuál debe usar y cuándo?

El uso de hielo y calor para la terapia es una manera fácil de cuidar su lesión o manejar su dolor en casa. Sin embargo, hay mucha confusión en cuanto a cuándo utilizar el hielo frente al calor para las lesiones y el dolor. También conocidas como crioterapia y termoterapia, ambas terapias son excelentes formas de reducir la inflamación y la presión y ayudar a reducir el dolor. Sin embargo, para que estas terapias funcionen, deben utilizarse adecuadamente.

Hielo frente a calor: la diferencia

Además de la diferencia obvia entre el hielo y el calor, existen otras diferencias clave en la forma en que cada uno ayuda a calmar el dolor y las lesiones. Además, hay diferencias en cómo el cuerpo reacciona a cada uno. Por eso es tan importante utilizarlos correctamente para conseguir la reacción necesaria para el alivio del dolor y la reducción de la inflamación.

La inflamación, la presión y la hinchazón son algunas de las razones por las que el dolor puede ser tan difícil de manejar cuando se trata de una lesión. El hielo ayuda a reducir la inflamación y a adormecer el dolor, mientras que el calor ayuda a relajar los músculos y las articulaciones rígidas. Mientras que el calor ayuda a mejorar la circulación y el flujo sanguíneo, el hielo reduce el flujo sanguíneo, reduciendo así la inflamación y la hinchazón.

Cuándo poner hielo

Como regla general, el hielo sólo debe usarse para lesiones agudas, dolor agudo o lesiones nuevas. Debido a que una lesión aguda provoca inflamación e hinchazón, el hielo lo mejor para calmar el dolor asociado a esas reacciones. También puede adormecer temporalmente los nervios de la zona, lo que puede ayudar a aliviar el dolor, aunque sólo sea por poco tiempo. Sólo debe utilizar el hielo de 15 a 20 minutos cada vez.

Aunque el hielo puede ayudar a reducir la inflamación, la hinchazón y el dolor, hay algunos problemas menores asociados con el hielo si se utiliza incorrectamente. Si se aplica hielo durante demasiado tiempo, puede provocar que las articulaciones de la zona afectada se sientan más tensas y rígidas, aumentando el dolor en lugar de aliviarlo. Hay que tener especial cuidado al aplicar hielo a un dolor muscular crónico frente a una lesión. El dolor muscular no siempre significa una lesión, sino un agravamiento. Los problemas de dolor crónico más comunes para los que se puede utilizar erróneamente el hielo son el dolor de espalda y el dolor de cuello. El dolor crónico de espalda y cuello debería tratarse con calor en su lugar.

Cuándo utilizar el calor

En general, debería utilizar el calor para relajar los músculos y articulaciones rígidos. Es especialmente beneficioso para calmar el dolor crónico, como el de espalda y cuello. También ayuda a aliviar el estrés y la tensión, que podrían estar causando la rigidez y el dolor crónico. Mejorar la circulación puede ayudar a aliviar el estrés y la tensión en las zonas afectadas, por lo que el calor es tan eficaz para tratar el dolor crónico. La mejora del flujo sanguíneo también puede contribuir a la curación del tejido dañado, lo que puede ayudar en las últimas fases de la rehabilitación de la lesión. La terapia de calor puede utilizarse durante un periodo de tiempo más largo que el hielo, pero suele ser eficaz en 15 o 20 minutos.

No debe utilizar el calor si hay indicios de hinchazón e inflamación, ya que el calor puede empeorar estas condiciones.

La terapia global

Tanto el hielo como el calor deben formar parte de un plan de rehabilitación global. Ninguno de estos métodos funcionará en la recuperación de lesiones o dolores por sí solos. En cambio, son simplemente formas complementarias de reducir el dolor, la inflamación y el estrés que pueden ayudar en el proceso de recuperación. Un programa terapéutico completo incluye el fortalecimiento de los músculos, el diagnóstico de la causa subyacente y el trabajo para solucionar la causa a través de un cambio habitual o un cambio en el movimiento y el entrenamiento. Un fisioterapeuta utilizará a menudo el calor y/o el hielo como parte de su estrategia terapéutica global, dependiendo de la condición del individuo.

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