La clave de la adicción
Por Shelly Tichelaar, CEO &Director Ejecutivo, Ranch Creek Recovery

Sí, realmente puede haber demasiado de algo bueno. La dopamina es un neurotransmisor químico en el cerebro que transmite sentimientos de placer al cerebro cuando nos involucramos en un comportamiento o actividad agradable. Aunque los seres humanos dependen intrínsecamente de la dopamina para reforzar comportamientos de supervivencia como comer y procrear, esta sustancia química del cerebro también resulta ser la clave de la adicción.

Dopamina fuera de control

Activada por cosas como comer ciertos alimentos que nos gustan o participar en un romance, la dopamina señala al cerebro que una recompensa está en camino. Cuando participamos en estas actividades placenteras, la dopamina envía su mensaje químico al cerebro: la asociación entre el estímulo y la recompensa se convierte en un proceso de condicionamiento. Este patrón de estímulo y recompensa permite a la especie humana sobrevivir.

Pero cuando se trata de consumir drogas o alcohol, los niveles de dopamina se liberan entre cinco y diez veces más de lo normal, inundando el centro del estado de ánimo del cerebro. El cerebro del consumidor asocia el subidón extremo resultante de los niveles elevados de dopamina con el consumo de la droga elegida, lo que refuerza el deseo de repetir el consumo. En última instancia, el cerebro necesita cada vez más alcohol o drogas para conseguir cualquier sensación de placer, lo que da lugar a comportamientos compulsivos de búsqueda de drogas.

Dopamina y adicción

La mayoría de las drogas se dirigen al sistema de recompensa del cerebro, activando una oleada de dopamina que abruma al cerebro. En respuesta, el cerebro produce niveles más bajos de dopamina y reduce el número de receptores cerebrales.

El consumo continuado de drogas o alcohol acabará afectando a los circuitos y neuronas cerebrales, pudiendo causar daños permanentes en el cerebro. El consumidor intentará conseguir sensaciones de placer a cualquier precio, aumentando los niveles de dosis y la frecuencia de consumo, lo que consolidará aún más la drogodependencia. El aumento de la tolerancia a la droga y el elevado nivel de adicción pueden convertirse en una amenaza para la vida.

Superar la adicción y curar el cerebro

Afortunadamente, la plasticidad del cerebro le permite cambiar y reconstruirse. Al igual que la adicción produce vías cerebrales poco saludables a través del sistema de recompensa impulsado por la dopamina, se pueden desarrollar nuevos mapas neuronales utilizando métodos holísticos como el entrenamiento de la atención plena y la meditación, y la terapia cognitiva conductual. Básicamente, reentrenar el cerebro para que responda de forma diferente a los pensamientos o desencadenantes puede, con el tiempo, cambiar la química del cerebro.

Cambiar las vías neuronales arraigadas requiere esfuerzo y paciencia. Hay que practicar y aprender nuevos comportamientos. Los nuevos procesos de pensamiento tardan en convertirse en rutina. Aprender a estar presente y utilizar nuevas herramientas de relajación requiere práctica. Con el tiempo, las vías que antes estaban activas durante la adicción se irán marchitando a medida que se formen nuevas vías.

Las reuniones de recuperación de Smart pueden enseñarle herramientas y técnicas de auto-empoderamiento que le ayudarán a mantener la motivación para hacer los cambios que elija en su vida, mientras que también aprende cómo puede controlar sus impulsos.

La salud del cerebro puede mejorarse al mismo tiempo que la terapia adoptando una dieta saludable que alimente las células del cerebro. Existe una fuerte asociación entre la nutrición y la salud del cerebro, incluyendo el funcionamiento cognitivo y la salud mental. Centrar la dieta en torno a proteínas magras como el pescado y el pavo, frutas y verduras frescas, panes y pastas integrales, frutos secos y semillas ayudará a restaurar la salud del cerebro a nivel celular.

Sobre el autor: Con 35 años de experiencia trabajando en el campo de la salud del comportamiento, Shelly Tichelaar entiende las necesidades de sus clientes. Shelly es la directora general y ejecutiva de Ranch Creek Recovery, un programa residencial de recuperación de adicciones sin 12 pasos en California. Ella proporciona un tratamiento de alta calidad al mantener el número de casos de los clientes bajo, ofreciendo terapias holísticas y experienciales, y trabajando estrechamente con un equipo de tratamiento altamente experimentado.

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