ph. Dario Ferrante

El 15 de julio, las reliquias de la Santa son llevadas en una urna de plata y se celebran misas en su honor; finalmente la urna vuelve a la Catedral para ser bendecida por el Arzobispo de Palermo. Rosalía Sinibaldi tuvo una corta vida en el siglo XII. Fue heremita (pasó de Santo Stefano di Quisquina a Monte Pellegrino) sobre todo para escapar de la voluntad de su familia noble que la obligó a un matrimonio por conveniencia. Según la leyenda, cuatro siglos después de su muerte, Santa Rosalía se apareció a un cazador durante la gran peste de Palermo para hacer honor a sus restos que yacían abandonados en una cueva. Milagrosamente dichas reliquias, al pasar por las calles de la infestada Palermo, curaron a la gente de la enfermedad que la seguía en procesión.
Todavía hoy los cantos alaban a la Santuzza:

Notti e ghiornu farìa sta via!
Viva Santa Rusulia!
Ogni passu ed ogni via!
Viva Santa Rusulia!
Ca nni scanza di morti ria!
Viva Santa Rusulia!
¡Ca nn’assisti a l’agunia!
¡Viva Santa Rusulia!
Virginedda gluriusa e pia
¡Viva Santa Rusulia!

Para quienes quieran descubrir la verdadera Sicilia, con un extraordinario conjunto de fe, alegría, representaciones sagradas y celebraciones de la victoria de la vida sobre la muerte y de la identidad colectiva, u fistinu es una visita obligada.

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