Las mantis religiosas puede que no recen realmente, pero se alimentan de sus compañeros insectos, junto con otros pequeños animales terrestres. Sin embargo, ahora, por primera vez, los científicos han documentado a una mantis religiosa capturando y comiendo pescado.

La mantis macho Hierodula tenuidentata, que mide 5,6 cm de longitud (2,2 pulgadas), fue observada el pasado mes de marzo en un jardín de azotea situado en Karnataka, India.

Durante cinco días consecutivos, visitó diariamente una maceta con agua en ese jardín, donde se posaba en las hojas de los nenúfares y las plantas de col de agua que flotaban en la superficie. Procedió a meter la mano en el agua, agarrando y comiendo al menos dos guppys cada día, para un total de nueve peces en el período de cinco días.

Por un lado, tal comportamiento es interesante simplemente por su novedad.

La mantis religiosa visitaba diariamente una maceta de agua, donde se posaba en las hojas de los nenúfares y de las plantas de col de agua que flotaban en la superficie

La mantis religiosa visitaba diariamente una maceta de agua, donde se posaba en las hojas de los nenúfares y las plantas de col de agua que flotaban en la superficie
Rajesh Puttaswamaiah

Se ha afirmado anteriormente que las mantis religiosas atrapan a pequeñas criaturas como pájaros, lagartos, ranas, tritones, ratones, serpientes y tortugas. Sin embargo, no todos estos ataques han sido validados científicamente, o fueron inducidos por personas en un entorno controlado. Por el contrario, éste es el primer informe científico de una mantis pescadora, y de una que lo hizo sin ninguna intervención humana.

Más notablemente, la observación confirma la teoría de que una sola especie de invertebrado puede impactar en todo un ecosistema, ya que la mantis religiosa estaba comiendo guppies que a su vez se alimentaban de insectos acuáticos. Además, demuestra que las mantis tienen una visión nocturna inesperadamente buena, ya que todas las capturas tuvieron lugar al atardecer o a última hora de la noche.

Además, el hecho de que el insecto siguiera volviendo al mismo lugar durante varios días puede indicar que las mantis poseen sofisticadas habilidades cognitivas, incluida la capacidad de aprender de sus experiencias.

La investigación fue llevada a cabo por Roberto Battiston, del Musei del Canal di Brenta de Italia, Rajesh Puttaswamaiah, del Bat Conservation India Trust, y el ecologista indio Nayak Manjunath. Se describe en un artículo publicado recientemente en el Journal of Orthoptera Research.

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