¿Qué es la presión arterial alta?

La presión arterial alta también se conoce como hipertensión. A veces se le llama el «asesino silencioso» porque produce pocos síntomas, o ninguno. De hecho, es posible que ni siquiera se dé cuenta de que tiene la presión arterial alta. Pero si no se trata, esta afección puede provocar ataques cardíacos, derrames cerebrales, pérdida de memoria, enfermedades renales, enfermedades oculares y otros problemas graves.

La presión arterial alta suele ir de la mano del envejecimiento porque los vasos sanguíneos suelen endurecerse a medida que se envejece. A medida que esto sucede, la cantidad de fuerza necesaria para bombear la sangre a través de las arterias aumenta y ejerce más presión contra las paredes arteriales. Esto puede debilitarlas y dañarlas, así como provocar daños en el corazón, los riñones y el cerebro.

Afortunadamente, la presión arterial alta es fácil de detectar y, en la mayoría de los casos, fácil de controlar. Y por eso es tan importante controlar la presión arterial regularmente.

  • Más de la mitad de las personas de 60 años o más tienen algún grado de presión arterial alta.
  • Los afroamericanos tienen una mayor incidencia de hipertensión que cualquier otro grupo racial o étnico de los Estados Unidos.

Su medición de la presión arterial

La presión arterial se mide en dos números. Un ejemplo de lectura de la presión arterial es 130 sobre 90. (Se escribe como 130/90 mm Hg). El primer número mide la presión arterial cuando el corazón está latiendo. Se denomina presión sistólica. La segunda cifra mide la presión arterial cuando el corazón está en reposo. Se denomina presión diastólica.

Categorías de presión arterial y su objetivo de presión arterial

Los profesionales de la salud tienen diferentes recomendaciones para los niveles de presión arterial dependiendo de la edad y la salud de una persona. Su objetivo personal de presión arterial depende de su edad y de otras condiciones médicas. En general, el objetivo de presión arterial se basa en el valor sistólico, que para la mayoría de los adultos mayores por lo demás sanos es de 130 mmHg o menos.

  • Normal: Menos de 120/80 mm Hg;
  • Elevada: Sistólica entre 120-129 y diastólica menor de 80;
  • Estadio 1: Sistólica entre 130-139 o diastólica entre 80-89;
  • Estadio 2: Sistólica al menos 140 o diastólica al menos 90 mm Hg;
  • Crisis hipertensiva: Sistólica superior a 180 y/o diastólica superior a 120. Esto requiere cambios rápidos en la medicación si no hay otros indicios de problemas, o la hospitalización inmediata si hay signos de daño orgánico.

Es importante que trabaje con su proveedor de atención médica para llegar a un objetivo individual de presión arterial que se ajuste a su situación particular. Por ejemplo, un estudio llamado Systolic Blood Pressure Intervention Trial (SPRINT) sugiere que los adultos mayores con enfermedades cardíacas o algunos problemas de circulación tienen mejores resultados con un objetivo de presión arterial sistólica más bajo, de 120 mmHg o menos, sin aumentar el riesgo de caídas. Por otro lado, puede ser perjudicial para algunos adultos frágiles, incluidos los residentes en centros de atención a largo plazo, bajar demasiado su presión arterial.

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