¿Cuándo debo empezar a leer a mi bebé?
Nunca es demasiado pronto. Los bebés reconocen la voz de su madre en el vientre materno, así que ¿por qué no convertir la lectura en voz alta en un hábito mientras aún estás embarazada?
Y una vez que llegue tu bebé, leerle a tu recién nacido es una obligación. Tu bebé no entenderá tus palabras, pero escuchar tu voz estimula su interés por los sonidos y le ayuda a desarrollar su capacidad de escucha.
Además, sea cual sea la edad de tu bebé, leer juntos es una gran oportunidad para acurrucarse y crear vínculos. Si desarrollas una rutina de lectura desde el principio, los libros se convertirán en una parte natural del día de tu hijo, que asociará con la diversión.
¿Por qué la lectura es buena para mi bebé?
Leer a tu bebé le ayuda a desarrollar su vocabulario, estimula su imaginación y mejora su capacidad de comunicación. Cuanto más le hables a tu hijo desde el principio, mejor será para su crecimiento y desarrollo.
Un comentario continuo sobre el estado del vecindario durante un paseo o nombrar las partes del cuerpo de tu hijo mientras lo bañas son buenas formas de hablarle. La lectura es otra forma de aumentar las interacciones verbales que tienes con tu hijo.
Leer a tu bebé le introduce en los conceptos de los cuentos, los números, las letras, los colores y las formas, y le da información sobre el mundo que le rodea. Además, refuerza la memoria y el vocabulario. Cuando tiene un año, tu bebé ya ha aprendido todos los sonidos que necesita para hablar su lengua materna. Cuantas más palabras escuche, mejor podrá hablar.
¿Qué debo leerle a mi bebé?
Durante los primeros meses, tu bebé capta el ritmo del lenguaje -más que el contenido- cuando te oye hablar. La repetición es buena porque ayuda a tu bebé a desarrollar sus habilidades lingüísticas. Y para que sea interesante, varía el tono de tu voz o utiliza voces diferentes para los distintos personajes. Pero, en realidad, cuando se trata de materiales de lectura, todo vale: revistas o incluso esa novela que has estado intentando terminar.
También es posible que a tu bebé le fascinen las imágenes con colores brillantes y un fuerte contraste, así que asegúrate de conseguir una variedad de libros.
Lo más importante es que tu bebé establezca una conexión entre las cosas que más le gustan -tu cercanía y tu voz- y los libros. Esto le demuestra que la lectura es agradable e importante.
Tampoco hace falta que te pases todo el libro. El hecho de tomarse unos minutos aquí y allá para leer en voz alta a su hijo puede marcar la diferencia.
¿Qué tipos de libros son los mejores para un bebé mayor?
Deje que su hijo juzgue. Probablemente acabará teniendo varios que se convertirán en favoritos, y se iluminará de emoción cada vez que los saques.
Los libros con dibujos coloridos y frases pegadizas seguro que le gustan. Algunos niños prefieren los libros con fotografías, mientras que a otros les gustan los libros con actividades incorporadas: imágenes escondidas bajo las solapas o detrás de tabiques deslizantes, por ejemplo. A tu bebé también le puede gustar el ritmo cantarín y la redacción juguetona de las canciones infantiles. Son fáciles de recordar, por lo que puedes corearlas durante las rutinas diarias («Rub-a-dub-dub, tres hombres en una bañera»).
Una vez que hayas explorado un tipo de libro favorito, prueba con otro. Seguro que tu bebé disfruta con algo completamente diferente de vez en cuando.
Pero no elijas nada demasiado delicado. A los bebés les encanta agarrar y morder todo lo que pueden alcanzar, así que los libros de cartón o los que tienen páginas resistentes son los que más aguantan el desgaste.
¿Y los audiolibros o los podcasts?
Los bebés necesitan sentir una conexión emocional con las palabras que se pronuncian o simplemente filtran el lenguaje, así que aléjate de los audiolibros así como de la televisión u otras pantallas. «Como ocurre con todas las actividades que los padres realizan con sus hijos, lo fundamental es la atención que prestan a las respuestas de sus hijos», afirma Betty Hart, profesora emérita de desarrollo humano de la Universidad de Kansas en Lawrence. Los expertos dicen que es mejor reservar el tiempo de pantalla para los niños mayores de 2 años.
«Poner a los bebés delante de una máquina es alienante», dice Eveline Carsman, editora de Children’s Review Newsletter. En su opinión, los programas y las aplicaciones dirigidos a los bebés de corta edad no tienen cualidades que compensen el hecho de dejarlos solos con ellos. Incluso los programas de televisión educativos o las aplicaciones interactivas no son tan enriquecedores como los juegos, el descubrimiento del funcionamiento de un juguete o la hora del cuento con usted.
¿Debo enseñarle a mi bebé los sonidos y las letras?
Cuando le lea a su hijo pequeño, céntrese en el placer que le produce, no en el aprendizaje del alfabeto. Un énfasis precoz en la enseñanza de las letras, los sonidos y las sílabas puede restarle diversión a la hora del cuento.
Si le lees a tu hijo lo suficiente, con el tiempo -cuando esté preparado- hará la conexión entre los sonidos de las palabras y las letras de las páginas. Mientras tanto, enseñarle a disfrutar de la lectura es una lección mucho más valiosa que clavar la fonética a una edad temprana.
¿Cómo aprovechan los bebés la lectura?
La interacción que tienes con tu hijo es la clave para aprovechar al máximo la lectura. Ayude a su hijo a establecer conexiones en la historia y asociaciones en la vida real.
Por ejemplo, si hay una pelota amarilla en el libro que está leyendo, señale la pelota roja con la que le gusta jugar y hágale una pregunta: «¿Te gusta más la pelota amarilla o la roja?». Adelante, dile la respuesta de momento: «Creo que te gusta más la pelota roja que la amarilla porque puedes jugar con ella»
¡Antes de que te des cuenta, te sorprenderá con su propia respuesta!