Mucha gente cree que hay que ser músico, tocar un instrumento o cantar para que la música sea una parte sustancial de su vida. Esto no es así. Yo no soy músico, no toco ningún instrumento y no canto, pero la música es una de las cosas más importantes de mi vida. Para mí, la música no es sólo una forma divertida de pasar el tiempo, es mucho más que eso. La música es un escape de la realidad. La música es una forma de expresar tus pensamientos cuando no puedes ponerlos en palabras. La música es un mundo en sí mismo, con un lenguaje que todos entendemos.
La música es mi red de seguridad. Me atrapa cuando me caigo. La música es lo único que siempre estará ahí para ti, ayudándote a superar cualquier obstáculo que se presente. He tenido que enfrentarme a bastantes obstáculos en mi vida y, sinceramente, no creo que los hubiera superado sin la música. La música me permite expresarme de maneras que no sabía que eran posibles. A través de todo el drama, las rupturas, las peleas con mis amigos y mi familia, la música me dio una fuerza que no sabía que tenía. En mi opinión, la música puede decir más sobre una persona de lo que ésta jamás podrá decir.
La gente de todo el mundo escucha música. Es algo que nos une a todos a través de todas nuestras diferencias. La música es algo con lo que todos podemos conectar, relacionarnos y crear vínculos. La música mueve a la gente y la conecta de una manera que ningún otro medio puede. La música actúa como una medicina. Un vínculo a través de la música es un vínculo como ningún otro. La música saca a la gente de sí misma durante unas horas y eso es lo que conecta a la gente. La gente se conecta a través de la libertad y el amor que es la música.
Amo la música porque siempre ha estado ahí para mí cuando la he necesitado. La música dice lo que no puedo expresar y me lleva a un lugar al que no puedo llegar por mi cuenta. La música te permite sentirte libre y escapar de la realidad. La música facilita las cosas y te permite entender mejor a la gente. La música es única para cada persona y le llega a cada uno de forma diferente. Veinte personas pueden escuchar la misma canción y la forma en que cada una la asimila puede ser completamente diferente. Para mí, la música es lo que nos conecta y nos salva.