El 28 de marzo de 2001, la mayoría de los 80 millones de comprimidos de aspirina que los estadounidenses toman cada día no se utilizan para el dolor de cabeza, sino para reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Pero incluso el tratamiento con dosis bajas de aspirina puede ser problemático para las personas con antecedentes de úlceras sangrantes, ya que el uso de la aspirina aumenta el riesgo de que vuelvan a producirse hemorragias.
Sin embargo, puede ser posible minimizar ese riesgo en algunos pacientes, con un simple tratamiento de antibióticos de una semana de duración. Investigadores del Hospital Príncipe de Gales de Hong Kong descubrieron que los pacientes con úlceras tratados con antibióticos para eliminar una bacteria estomacal común, conocida como Helicobacter pylori (H. pylori), eran capaces de tolerar la terapia con aspirina tan bien como los que fueron tratados con costosos medicamentos antiulcerosos. Los resultados se publican en el número del 29 de marzo de la revista The New England Journal of Medicine.
Uno de cada diez estadounidenses desarrolla úlceras en el revestimiento del estómago o el duodeno, conocidas como úlceras pépticas, en algún momento de su vida, y el riesgo aumenta con la edad. Se cree que la infección por H. pylori es responsable de la gran mayoría de estas úlceras: hasta el 80% de las úlceras de estómago y más del 90% de las úlceras de duodeno, según cifras del National Digestive Diseases Information Clearinghouse.