Los baobabs son algunos de los árboles más característicos y venerados de África, que viven durante cientos, a menudo miles, de años y contienen hasta 500 metros cúbicos de madera. Pero los científicos han descubierto que un número alarmante de estos árboles está muriendo – y no saben exactamente por qué.
Según un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature Plant, nueve de los 13 baobabs más antiguos de África, y cinco de los seis más grandes, han muerto en los últimos 12 años. Aunque los investigadores no tienen una razón definitiva para estas muertes, sospechan que el cambio climático está desempeñando un papel, en particular las condiciones más cálidas y secas de África en las últimas décadas.
Los baobabs se componen de múltiples tallos y troncos que se fusionan para formar una sola planta en forma de anillo. Esta estructura suele dejar un centro hueco, uno de los cuales era tan grande que los residentes de la provincia sudafricana de Limpopo construyeron un bar en su interior. Adrian Patrut, de la Universidad Babes-Bolyai de Rumanía, y sus colegas se propusieron en 2005 estudiar cómo los árboles son capaces de vivir tanto tiempo y crecer tanto. En cambio, descubrieron una sorprendente tendencia a la mortalidad entre los árboles más viejos de la especie.
«Es muy sorprendente visitar baobabs monumentales, con edades superiores a los mil o dos mil años, que parecen estar en buen estado de salud, y encontrarlos después de varios años caídos al suelo y muertos», dijo Patrut, autor principal del nuevo estudio, a National Geographic. «Estadísticamente, es prácticamente imposible que un número tan elevado de baobabs viejos de gran tamaño mueran en tan poco tiempo por causas naturales».