Pólipos uterinos: Al igual que los miomas uterinos, los pólipos también surgen del útero. Como su nombre indica, son excrecencias que surgen de la pared de la cavidad uterina. Según el lugar donde se originan los pólipos, pueden clasificarse en pólipos pediculados o de base ancha. Si son pedunculados, pueden sobresalir a través del cuello uterino hacia la vagina. Los síntomas suelen incluir sangrados entre las menstruaciones, que suelen confundirse con desequilibrios hormonales y enfermedades de la tiroides. También puede provocar una hemorragia después de una relación sexual, lo que se conoce como hemorragia postcoital. La mejor manera de diagnosticar un pólipo uterino es mediante una ecografía.
Quistes de ovario: A diferencia de los fibromas y los pólipos, los quistes no surgen del útero, sino de los ovarios, por lo que se conocen como quistes ováricos. Los quistes no son más que sacos llenos de líquido presentes en los ovarios. Hay muchos tipos de quistes ováricos, pero el más común es el quiste fisiológico. Este tipo de quiste no es motivo de preocupación, ya que no indica ningún problema de salud y la mayoría de las veces se disuelve por sí solo. Suele tener un tamaño pequeño, inferior a 5 cm. Por ello, en la mayoría de los casos, su tratamiento se retrasa a menos que muestre algún síntoma clave. Se detecta con la ayuda de una ecografía. El tratamiento de los quistes ováricos se basa en su aspecto en la ecografía. Si el quiste es de gran tamaño (los tamaños oscilan entre 6 y 20 cm), puede mostrar síntomas como dolor en el abdomen, hinchazón, pesadez en el abdomen, dolor en las zonas circundantes debido a la presión sobre los órganos circundantes y micción frecuente. Lea también sobre los síntomas y las causas de la rotura de un quiste ovárico
En algunos casos, los quistes se tuercen, lo que dificulta el tratamiento de la enfermedad. En esto, el quiste aparece como un globo con un hilo, donde los hilos se enrollan y se retuercen en su propio pedúnculo. Además, no se sabe cómo los quistes crecen y se hacen grandes en tamaño, es peligroso para tratar. La única opción en tal caso es que se trate quirúrgicamente sólo después de comprobar si es maligno o benigno. Aquí tienes 7 síntomas de cáncer de ovario que debes conocer. Si hay sospecha de malignidad, se recomienda hacer un análisis de sangre basado en los síntomas y luego una ecografía. Si la prueba es positiva, se realiza una aspiración del quiste. La mejor candidata para esto es una mujer que se sometió a una cirugía reciente o a múltiples cirugías. Sin embargo, el único problema de esta técnica es que las posibilidades de recurrencia son altas, lo que significa que el quiste puede volver a llenarse.
Por lo tanto, si experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, consulte a un ginecólogo lo antes posible para conocer el problema y tratarlo.