Los millennials, una generación denostada como quejumbrosos con derecho, se verían especialmente afectados. Como argumentó Ronald Brownstein en The Atlantic, los ricos que se beneficiarían de las medidas aprobadas por la Cámara y el Senado tienden a ser mayores (y más blancos) que la población en general. Los más jóvenes pagarían la factura, ya sea mediante el aumento de los impuestos, la disminución de los servicios públicos o ambas cosas. Heredarían una sociedad aún más estratificada que aquella en la que nacieron.
Este es un ejemplo. El proyecto de ley del Senado ofrece una exención fiscal a los padres cuyos hijos asisten a escuelas privadas. Pero recorta las deducciones de los impuestos estatales y locales, lo que podría dificultar la financiación de las escuelas públicas a las que la gran mayoría de los millennials enviarán a sus hijos.
No hay una justificación económica coherente para lo que están haciendo los republicanos. Los economistas académicos son básicamente unánimes en que el plan fiscal republicano aumentaría el déficit de Estados Unidos, que los republicanos solían fingir que les preocupaba. Con el desempleo bajo, muchos expertos dicen que la economía no necesita un estímulo. Es probable que los recortes fiscales aumenten el déficit comercial, que el presidente Trump supuestamente quiere reducir. Los republicanos suelen decir que quieren simplificar el código tributario, pero como argumenta el contador Tony Nitti en Forbes, el proyecto de ley tributaria lo haría más complejo.
¿Cómo explicar este saqueo legislativo de golpe y porrazo, que viola todos los principios de prudencia económica? En parte se trata de simple codicia, pero también hay una ideología en juego, la que considera que los ricos son más productivos y merecedores que los demás. Louise Linton, la esposa del secretario del Tesoro Steven Mnuchin, lo explicó en su feed de Instagram en agosto, respondiendo a una madre de Oregón que tuvo la audacia de criticar el uso de Linton de un avión del gobierno: «Lololol. ¿Has aportado más a la economía que mi marido y yo? ¿Ya sea como persona que gana impuestos o como sacrificio a su país?»