Un tipo de bacteria invisible a simple vista no sólo puede soportar concentraciones intensas de metales pesados, sino que también los digiere y libera oro como subproducto. Y ahora los investigadores han identificado el secreto del ingenioso truco de la bacteria
La bacteria C. metallidurans vive en suelos ricos en minerales y metales pesados. Para poder vivir de los minerales ha encontrado una forma de evitar ser envenenada por los metales pesados mediante un proceso que crea algo llamado oro secundario. Este fenómeno se demostró en una investigación de 2009 y ahora se explica en un nuevo estudio publicado en línea en Metallomics.
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Los metales pesados son elementos que tienen una densidad relativamente alta y muchos de ellos, como el ardenis, el plomo y el mercurio, pueden causar graves daños a los organismos vivos en exposiciones suficientemente altas. Estos metales se encuentran de forma natural en la corteza terrestre.
En el suelo donde vive C. metallidurans, el organismo entra a menudo en contacto con dos tipos de metales pesados, el cobre y el oro. Cuando esto ocurre, la bacteria convierte el cobre y el oro en una forma que es más fácil de absorber.Esto se debe a que tanto el oro como el cobre ponen a la bacteria en riesgo de envenenamiento por metales pesados o toxicidad por metales. En su forma metálica, el oro no es tóxico, por lo que podemos comer helados con copos de oro. Sin embargo, algunos compuestos naturales de oro se descomponen en el cuerpo liberando iones de oro, que pueden tener efectos tóxicos en los organismos vivos.
Lo mismo ocurre con el cobre, pero las bacterias tienen otra forma de deshacerse del cobre extra. Se trata de utilizar una enzima llamada CupA que transforma tanto el oro como el cobre en sus formas originales no tan fáciles de absorber.
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«Esto asegura que menos compuestos de cobre y oro entren en el interior celular. La bacteria se envenena menos y la enzima que bombea el cobre puede deshacerse del exceso de cobre sin obstáculos», explicó el investigador del estudio Dietrich H. Nies en un comunicado.
Como resultado de este proceso, los compuestos de oro del interior de la bacteria se transforman en microscópicas pepitas de oro inofensivas. El equipo espera comprender mejor este proceso para ayudar a los humanos a obtener oro no tóxico de una manera más fácil y segura. Normalmente, para extraer el oro de los minerales, éstos se someten al mercurio líquido, que luego se hierve para que quede el oro. Sin embargo, este proceso puede ser peligroso, ya que el mercurio es el más tóxico de todos los metales. A menudo, el mercurio sobrante es arrastrado por el agua y puede provocar la contaminación del medio ambiente, informó Reuters.
Nies dijo a Newsweek que una vez que se perfeccione este nuevo proceso para generar oro, podría utilizarse para cualquier propósito. «Se puede hacer de todo con el oro, sin embargo, llevar un anillo a tu amor es la forma más bonita de utilizarlo», dijo Nies.