Las últimas directrices dietéticas del gobierno de EE.UU. subrayan que más de la mitad de la población estadounidense necesita reducir drásticamente su consumo diario de sodio. Se insta a los grupos de alto riesgo a consumir sólo media cucharadita de sodio. Eso es menos de una cuarta parte de lo que comen ahora. El exceso de sodio aumenta el riesgo de padecer hipertensión arterial, derrames cerebrales y otros problemas.

Según las nuevas directrices dietéticas, las personas que deben reducir drásticamente su consumo de sodio son los mayores de 50 años; los afroamericanos; los que padecen hipertensión arterial, diabetes o enfermedades renales crónicas. Juntos, estos grupos constituyen la mitad de la población estadounidense.

Para todos los demás, las directrices del Departamento de Agricultura y del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. recomiendan reducir la ingesta de sodio a una «cucharadita al día» o 2.300 miligramos, lo que supone un tercio menos de lo que suele consumir una persona media.

No se trata sólo del salero. La mayor parte del sodio de una persona media procede de los alimentos que se venden en cajas, latas o bolsas. El sodio está oculto en alimentos como panes, sopas enlatadas, pasta, alimentos congelados y alimentos procesados. Varias grandes empresas alimentarias ya han introducido productos más bajos en sodio.

Reducir el sodio es muy bueno para la salud, pero algunas personas se quejan de que los alimentos bajos en sodio no saben tan bien. Los expertos sugieren que se tarda varios meses en apreciar los alimentos bajos en sodio, pero que se amortiza con una mejor salud para el corazón y los riñones.

Para reducir el riesgo de enfermedades derivadas de la ingesta elevada de sodio, las directrices recomiendan que la gente debería:

  • Leer atentamente las etiquetas nutricionales y comprar artículos etiquetados como bajos en sodio.
  • Utilizar poca o ninguna sal al cocinar o comer.
  • Consumir más alimentos frescos o preparados en casa y menos alimentos procesados.
  • Pedir que no se añada sal a los alimentos en los restaurantes.

Las directrices sugieren llenar la mitad del plato con frutas y verduras, elegir productos lácteos sin grasa o con poca grasa y comer más cereales integrales y marisco.

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