¿Deberías beber una cerveza fría en lugar de un batido de proteínas después de entrenar? Según una investigación reciente, la respuesta podría ser afirmativa.

Charlie Bamforth, profesor de ciencias cerveceras en la Universidad de California, Davis, afirma que cuando se consume con moderación, la cerveza contiene nutrientes, entre ellos selenio (que contiene antioxidantes), vitaminas del grupo B (que ayudan a la energía), fósforo (que se dice que ayuda a tener huesos y dientes fuertes) y niacina (que posiblemente sea beneficiosa para el colesterol). Además, la cerveza contiene una buena cantidad de proteínas, un poco de fibra y silicio, que según algunas fuentes puede prevenir la osteoporosis. Todos estos nutrientes son ideales para que tu cuerpo los consuma después de ir al gimnasio.

¿Una ventaja añadida? Los estudios también atribuyen a la cerveza la reducción del estrés (bueno, podríamos habértelo dicho) y el mantenimiento de los músculos. Además, Bamforth afirmó que, aunque tanto la cerveza como el vino contienen antioxidantes, los contenidos en la primera son posiblemente más fáciles de absorber por el cuerpo.

Mientras que algunos de ustedes pueden ir corriendo a coger una IPA, otros pueden estar preguntándose si las calorías de la cerveza van a perjudicar su entrenamiento – en realidad no. Piensa en la cerveza como una pequeña comida, que es básicamente lo que es un batido de proteínas. Según el Dr. Arthur Klatsky, investigador de los efectos del consumo de alcohol, «la cerveza tiene más nutrientes, a menudo más calorías, vitaminas del grupo B. Es más bien un alimento». Dicho esto, cuanto menos alcohol tenga la cerveza, menos calorías tendrá. Recuerda que quieres una comida «pequeña», no un festín. Para ello recomendamos una cerveza de sesión, como la Founder’s All Day IPA.

¿Otro dato curioso? La barriga cervecera es un mito. No hay ninguna evidencia real detrás de la barriga cervecera, aparte de que si bebes cerveza en exceso, acabarás ingiriendo muchas calorías y terminarás engordando. Sin embargo, no hay nada único en la naturaleza de la cerveza que haga que te parezcas a Santa Claus. Los que tienen barriga cervecera probablemente sólo se han dejado llevar por alguna comida grasienta de bar.

¿La conclusión? La moderación es la clave, pero la cerveza tiene algunos beneficios serios – definitivamente suficientes para justificar la parada en el bar después de su próximo entrenamiento.

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