Aunque faltan grandes estudios de investigación que apoyen el uso de las vitaminas B para el tratamiento del trastorno bipolar, la evidencia clínica sugiere que estas vitaminas son potencialmente beneficiosas. Las vitaminas B son hidrosolubles (se disuelven en agua) y se eliminan fácilmente del organismo con la orina. En general, se consideran seguras, con pocos o ningún efecto secundario.

Las personas con trastorno bipolar que toman litio (un tratamiento estándar común para este trastorno) o que experimentan un episodio maníaco suelen tener niveles bajos de ácido fólico. La suplementación con esta vitamina parece potenciar los efectos del litio. Las dosis típicas son de 400-600 mcg al día para un adulto. El ácido fólico tiene muy pocos efectos secundarios, aparte de las náuseas y la diarrea ocasionales.

Al igual que el ácido fólico, los niveles bajos de vitamina B12 también pueden ser (en parte) responsables de desencadenar estados maníacos. Como se mencionó anteriormente, la vitamina B12 también desempeña un papel en la creación de muchas de las sustancias químicas del cerebro que regulan el estado de ánimo (GABA, serotonina, dopamina y otras). No se han llevado a cabo estudios de investigación sobre el tratamiento del trastorno bipolar con vitamina B12, pero el fundamento de la administración de suplementos de esta vitamina parece teóricamente sólido.

La colina, a veces considerada como una de las vitaminas del complejo B, ha demostrado ser prometedora en pequeños ensayos con personas que padecen el trastorno bipolar de ciclo rápido. La cantidad de colina utilizada en estos ensayos se basó en el peso (50 mg de colina por kg y día). Se han notificado muy pocos efectos secundarios con el uso de colina, aparte de náuseas y diarrea ocasionales. Algunas personas que toman dosis muy grandes de colina también informan de un olor a pescado en la piel y el aliento.

El isositol es otro compuesto que a veces se clasifica como una vitamina B que parece ser baja en las personas con trastorno bipolar. Las dosis normales oscilan entre 10 y 12 gramos al día. Hay un informe de que el inositol induce un estado maníaco, pero ningún otro estudio muestra este efecto. El inositol casi no tiene efectos secundarios, salvo el malestar estomacal. Este compuesto puede inhibir la absorción de otros fármacos, vitaminas o minerales, por lo que hay que consultar con el médico antes de tomar este suplemento. Al igual que con la vitamina B12, no se han llevado a cabo ensayos clínicos que examinen el uso del inositol para el tratamiento del trastorno bipolar, pero la justificación de su uso es sólida.

Ejercicio

El ejercicio de tan sólo tres horas a la semana puede tener un profundo efecto sobre los síntomas de la depresión, pero no se ha probado en gran medida como terapia para las personas con trastorno bipolar. Los investigadores no saben la razón exacta de los beneficios del ejercicio sobre la depresión, pero los estudios realizados con animales sugieren que el ejercicio aumenta los neurotransmisores reguladores del estado de ánimo: serotonina, dopamina y norepinefrina. El ejercicio también libera endorfinas, sustancias químicas producidas naturalmente en el cuerpo que reducen la experiencia del dolor y aumentan la sensación de bienestar.

Se necesitan investigaciones adicionales para determinar si el ejercicio puede beneficiar a los individuos con trastorno bipolar. Además, hay muchas incógnitas sobre el tipo y la frecuencia del ejercicio que podría ser beneficioso. El litio, un medicamento que suelen tomar las personas con trastorno bipolar, se excreta en el sudor. En un estudio, la sudoración intensa provocó una disminución de los niveles de litio en la sangre. Especialmente si toma litio, consulte con su médico cualificado antes de iniciar cualquier programa de ejercicio.

Vanadio

ADVERTENCIA: Se cree que el vanadio es una posible causa de los ciclos del estado de ánimo del trastorno bipolar y debe evitarse como suplemento.

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