mantener las conversaciones sobre el rendimiento por el buen camino. Pexels
Sea usted líder, seguidor, socio o proveedor de servicios, la claridad es siempre importante.
Digamos que ha delegado una tarea en otra persona. Si se va a incumplir un plazo o un producto clave no va a estar listo como se esperaba, usted quiere un informe honesto y puntual. Honesto en el sentido de que contiene toda la información pertinente, y oportuno en el sentido de que ofrece la oportunidad de cambiar de marcha si es necesario.
Si usted es un seguidor, necesita el mismo tipo de claridad. Incluso si el «cómo» de la tarea se deja a su discreción, necesita un entendimiento específico y mutuo del «qué».
En una sociedad (y eso incluye un matrimonio), siempre es imperativo que se cumplan las expectativas mutuas.
Y si usted es un proveedor de servicios -admitámoslo, usted proporciona un servicio si es un líder, un seguidor o un socio- está destinado a tener problemas si no cumple con las expectativas acordadas.
Llámelo transparencia, exactitud, explicitud o cualquier otro nombre elegante que desee. Pero sea cual sea la etiqueta que elijas, la claridad en las expectativas te servirá en cualquier relación.
La clave está en comunicarse pronto y a menudo.
He descubierto que una sencilla fórmula puede ayudar a mantener el diálogo en un camino productivo. Se llama «Parar, Empezar, Continuar».
Si usted depende de otra persona, no espere a su revisión periódica del rendimiento. Inicie una conversación con su líder confirmando brevemente que valora la retroalimentación y que quiere asegurarse de que está cumpliendo (e incluso superando) las expectativas. Explique que le gustaría utilizar el marco de «parar, empezar, continuar» para garantizar que la conversación sea útil para ambos.
Pregunte a su líder si hay algo que debería dejar de hacer. Deje claro que está sinceramente abierto a la retroalimentación y que quiere detectar cualquier error a tiempo. Escuche con atención. Resiste la tentación de argumentar o rebatir los comentarios que recibas. Demuestre con su conducta que realmente quiere entender y hacer las correcciones necesarias.
A continuación, pregunte a su líder si hay algo que no está haciendo actualmente y que sería útil para el proyecto o la causa a la que sirve. De nuevo, escuche con atención. Haz preguntas de seguimiento si es necesario. Concéntrese en la comprensión, no en ningún tipo de refutación.
Por último, pregunte a su líder qué está haciendo actualmente que debería continuar definitivamente. Busque la especificidad. Por ejemplo, no se conforme si su líder le dice algo como «Estás haciendo un gran trabajo, sigue así». Expresa tu agradecimiento por el cumplido y luego pide detalles. ¿Se trata de la presentación que hiciste en la reunión de la semana pasada? ¿Qué le pareció más útil? ¿Es la forma en que manejaste la logística en el gran proyecto del mes pasado? ¿Qué es lo que debería repetirse? ¿Es la forma de colaborar con otros departamentos? ¿El trabajo que estás haciendo para involucrar a los miembros de tu equipo? Obtenga tantos detalles como pueda para saber con certeza qué es lo que aprecia su líder.
Si las personas le rinden cuentas, enséñeles a utilizar el marco «Detener, comenzar, continuar» en su diálogo con usted sobre su trabajo. Y recuerde que es una calle de doble sentido. Si te preocupa cómo ven tus esfuerzos de liderazgo -y deberías hacerlo-, es útil tener una conversación abierta y honesta sobre lo que estás haciendo que ayuda o dificulta. Y recuerde que el espíritu con el que acepta la retroalimentación proporciona un modelo de cómo espera que los demás acepten su retroalimentación.
Todo tipo de relaciones pueden beneficiarse del marco «Detener, comenzar, continuar». En un entorno organizativo, los compañeros pueden utilizar el marco para aprender cómo pueden atender mejor las necesidades de los demás. Por ejemplo, los jefes de departamento pueden utilizar el marco para hablar de cómo evitar la mentalidad de silo común que puede ser mortal para el rendimiento. Incluso se puede añadir un elemento más: El cambio. Un proceso puede funcionar hasta cierto punto, pero podría beneficiarse de pequeños cambios. El diálogo abierto puede ayudar a identificar los ajustes necesarios.
Cuando se hace con el espíritu adecuado, «parar, empezar, continuar» subraya el respeto mutuo y la colaboración. Mi mujer y yo utilizamos periódicamente este marco de conversación para hablar de nuestra relación matrimonial. ¿Funciona? Me complace decir que tengo más de 50 años de pruebas positivas que justifican un rotundo «sí».
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