Mi nombre es Pele y significa cosas diferentes en todas partes y la pronunciación es casi siempre errónea a menos que te llames Pele o conozcas a alguien que se llame Pele y a menudo te lo dirán. En samoano significa princesa, al igual que en tongano (mi cultura), la pronunciación correcta es Peh-Leh (PEH como Pet sin la ‘T’ y LEH como let sin la ‘T’) y normalmente se pronuncia mal. La mayoría de las personas de origen europeo lo pronuncian PAY-Lay o PE-Lay o Pell-Ay, y la mayoría de las personas de origen isleño del Pacífico lo pronuncian siempre correctamente. No es que lo odie, pero en general es así el idioma inglés: la mayoría de las palabras suenan como se escriben, mientras que en mi cultura las vocales se pronuncian de forma diferente y no son tan obvias. Solía odiar mi nombre porque nadie podía pronunciarlo bien y cada vez que el profesor giraba la cabeza hacia un lado era siempre hacia mi nombre, pero sinceramente me ha llegado a gustar lo único que es y el honor que tengo con él (el nombre de mi bisabuela). Tengo muchos apodos y la pronunciación no me molesta tanto, pero parece que hoy en día la gente está más interesada en preguntarme cómo pronunciarlo correctamente, lo cual es mucho mejor que cuando era un niño y todo el mundo me llamaba simplemente Pell-ay o pay-lay y ni siquiera trataban de corregirse (que es también la razón por la que odiaba mi nombre), pero sí, en Brasil podría ser pronunciado Pell-ay o Pay-Lay, pero supongo que es cómo se pronuncian las vocales que hacen la diferencia.
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– Hellohellohello 3/8/2016