El mimetismo mülleriano y batesiano pertenecen al fenómeno biológico conocido como aposematismo. La señalización aposemática (de advertencia) es un fenómeno defensivo común en el que los organismos venenosos, peligrosos o de otro modo no apetecibles o no rentables anuncian estas cualidades a otros organismos, generalmente a los animales, como defensa frente a la depredación.1-3 La señalización aposemática puede transmitirse visualmente por el color, el movimiento y la morfología, químicamente por el olor y el sabor, e incluso por el sonido; todo ello de un nivel trófico inferior a otro superior.3 La evolución de la señalización aposemática se basa en la capacidad de los enemigos objetivo de asociar la señal visual, química o acústica con el riesgo, el daño o la manipulación no rentable, y posteriormente evitar tales organismos como presa.2,3 En ciertos casos existe incluso una tendencia innata a evitar objetos alimenticios potenciales con ciertos colores o patrones de color.3-5
Al igual que en los animales, la coloración aposemática en las plantas es comúnmente amarilla, naranja, roja, marrón, negra, blanca o combinaciones de estos colores. La coloración aposemática se manifiesta en muchas plantas espinosas, espinosas, espinosas y venenosas, y en plantas poco apetecibles o de bajo valor nutritivo por otras razones, así como en plantas que son hábitats inadecuados para pequeños herbívoros debido a su color o textura.6-8 Muchos tipos de coloración aposemática de las plantas pueden cumplir simultáneamente otras funciones, como las fisiológicas, las comunicativas e incluso otras defensivas.8 Por lo tanto, en muchos casos es difícil evaluar la parte funcional relativa del aposematismo visual y químico en diversos patrones de color u olor de las plantas frente a la parte relativa de otras funciones de estos caracteres. Además, los agentes selectivos específicos que participaron en la evolución del aposematismo de las plantas suelen ser desconocidos.8
La defensa común lograda por la señalización aposemática ha dado lugar a la evolución de muchos animales imitadores.3,9,10 Los imitadores suelen pertenecer a una de las dos categorías generales, el mimetismo mulleriano y el mimetismo batesiano. El mimetismo mülleriano es un fenómeno en el que dos o más especies con defensas eficaces comparten una apariencia o señalización similar, y al compartirla reducen el coste del aprendizaje asociativo, e incluso promueven la evolución de abstenerse de ser atacados por sus enemigos.3,9-11 El mimetismo batesiano es un fenómeno en el que los miembros de una especie apetecible o de un grupo de estas especies se protegen de la depredación asemejándose o imitando la señalización defensiva de una especie no apetecible o defendida o de un grupo de especies defendidas.2,3,9,10,12,13 Sin embargo, existen situaciones intermedias conocidas como mimetismo cuasi-batesiano, es decir, especies defendidas y señalizadoras que difieren en su fuerza de defensa o señalización,14 y también existen otras clases de mimetismo menos estudiadas.9,15,16 Un intento innovador y elegante de superar las problemáticas, complicadas y no plenamente satisfactorias definiciones de mimetismo definiéndolas como «parecido adaptativo» 17 no convenció a muchos y no se citó lo suficiente como para ser utilizado en lugar del imperfecto pero comúnmente utilizado término «mimetismo».
La evolución del mimetismo requiere un modelo o modelos, un imitador, y un depredador/herbívoro o depredadores/herbívoros (un operador) que seleccionen el fenotipo imitador. El modelo debe ser otra especie o un grupo de especies, o sus acciones (por ejemplo, liberar sustancias químicas o causar daños físicos a otros organismos)9 , pero el modelo puede pertenecer a la misma especie y, en varios casos de automimetismo, incluso a partes del mismo individuo.18,19 Los organismos también pueden imitar un sustrato biológico o no biológico en el que crecen como camuflaje contra enemigos o para esconderse de posibles presas.2,3,9,10,20,21
En las plantas hay tipos adicionales, no defensivos, reconocidos de mimetismo mülleriano y batesiano que pueden causar confusión. En consecuencia, las flores que atraen a sus polinizadores con recompensas se denominan mimetismo mülleriano y las flores sin recompensa se denominan batesianas.22-24 Al ser no defensivas, creo que tomar prestados los términos mimetismo mülleriano y batesiano para las flores con recompensa y sin recompensa es inapropiado y tiene una discrepancia lógica heredada, porque el mimetismo mülleriano y batesiano defensivo tiene como objetivo repeler a los animales, y en la polinización tienen como objetivo atraerlos.8
Propongo dejar de utilizar los términos mimetismo batesiano y mulleriano en lo que respecta a la polinización, y hacer honor a otros dos científicos y definir el gremio de las flores que premian a los polinizadores como mimetismo darwiniano y las que no premian a los polinizadores como mimetismo wallaciano. Las numerosas contribuciones de Charles Darwin en el ámbito de la biología reproductiva de las plantas son la piedra angular de mi sugerencia.