¿De 78 grados el martes a nieve el miércoles? Las oscilaciones de este tipo no son inusuales en el centro de Estados Unidos, donde el tiempo puede cambiar rápidamente de un extremo a otro. Eso es especialmente cierto en la primavera, cuando las condiciones se convierten en una montaña rusa, con días primaverales templados seguidos de abruptos regresos al invierno.

Estas oscilaciones salvajes se han puesto de manifiesto esta primavera, con un ciclón que batió récords el 13 y 14 de marzo y un segundo sistema este mes que trajo nieve muy pesada y vientos intensos a una amplia zona desde Colorado hasta Minnesota. Para los investigadores como yo, esta región es un lugar fascinante, y a veces frustrante, para estudiar el tiempo y el clima. No es casualidad que lugares como Colorado y Oklahoma estén entre los centros mundiales de la ciencia atmosférica.

En gran parte de las llanuras occidentales, no es raro que se produzcan nevadas significativas después de un tiempo primaveral. Brian Brettschneider

Donde los vientos se encuentran con las montañas

¿Qué genera ese «gran tiempo» en las Grandes Llanuras? Comienza con la geografía.

A medida que se viaja hacia el oeste por el centro de Estados Unidos, las Llanuras se inclinan gradualmente hacia arriba. Luego, en el centro de Colorado, el terreno se eleva rápidamente hacia las Montañas Rocosas, creando grandes cambios de elevación, junto con crestas y valles fluviales más sutiles. Esta topografía prepara el escenario para los complejos sistemas meteorológicos de nuestra región.

El sureste de Colorado y los panhandles limítrofes de Texas y Oklahoma forman un caldo de cultivo para los ciclones extratropicales – los grandes sistemas de baja presión que se mueven rutinariamente a través del país, trayendo lluvia, nieve, tormentas eléctricas y fuertes vientos. Cuando las vaguadas de baja presión se desplazan de oeste a este sobre las Montañas Rocosas y luego emergen al otro lado, las columnas de aire se «estiran» verticalmente. Esto hace que giren a velocidades cada vez mayores, al igual que hacen los patinadores artísticos cuando estiran los brazos.

Estas características interactúan con el habitual gradiente de temperatura de sur a norte que existe al este de las montañas -es decir, más cálido en el sur y más frío en el norte- iniciando un proceso en el que se desarrollan fuertes frentes fríos y cálidos, y un ciclón puede intensificarse rápidamente. A lo largo de esos frentes, se forman precipitaciones generalizadas, que incluyen desde fuertes nevadas hasta severas tormentas eléctricas.

Así que uno o dos días antes de que se desarrolle el ciclón, las temperaturas suelen estar muy por encima de la media, para caer rápidamente en picado cuando el fuerte frente frío asociado al ciclón se abre paso. En otras palabras, los rápidos cambios de temperatura que vemos al este de las Rocosas no son sólo un aspecto interesante de estas tormentas, sino que son clave para su desarrollo e intensificación.

Cuando estos ciclones se desarrollan en otoño y primavera, pueden generar muchas formas de tiempo inusual y peligroso, a veces con sólo unos pocos condados de diferencia. Los visitantes del este de Colorado se sorprenden a menudo al escuchar avisos de incendios forestales, tornados y una ventisca al mismo tiempo. Como ha demostrado el climatólogo Brian Brettschneider, gran parte de la región de las Grandes Llanuras tiene una media de más de 30 cm de nieve, ¡después del primer día de 70 grados del año! Y Colorado es el único estado de la nación donde cada mes del año es el más lluvioso de media en alguna parte del estado.

Este pronóstico de noviembre de 2015 muestra alertas simultáneas en el este de Colorado por incendios forestales, tornados y una ventisca.

Desafíos de la previsión

Hay mucho en juego durante las grandes tormentas en el centro de EE.UU. Esta región tiene un historial de inundaciones mortales, y las sequías, los incendios forestales, los tornados y las granizadas pueden causar aquí miles de millones de dólares en pérdidas y daños.

Gracias a la dedicación a la investigación y a la creciente potencia de los ordenadores, las previsiones meteorológicas siguen mejorando constantemente. Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional para los ciclones de marzo y abril de este año fueron acertados. Pero la previsión de las tormentas de nieve y las tormentas eléctricas más localizadas sigue siendo un gran desafío dada la complejidad del terreno de esta región. Este es un tema de investigación continua.

También sigue habiendo preguntas importantes sobre los efectos del cambio climático en el norte y el sur de las Grandes Llanuras, gracias a la enorme variabilidad del tiempo. Hemos observado una clara tendencia al calentamiento, como en la mayor parte del país, pero es difícil precisar cómo influye este calentamiento en factores como las sequías, el mal tiempo y las tormentas de nieve.

Después de graves sequías en muchas zonas en 2018, 2019 ha sido hasta ahora uno de los años más húmedos registrados. Es esto solo un reflejo de nuestro clima naturalmente muy variable, o parte de una tendencia a largo plazo asociada al calentamiento general del planeta?

A pesar de estos desafíos, los meteorólogos y climatólogos se apasionan por averiguar cómo funciona la atmósfera, hacer mejores predicciones de su comportamiento y comunicar esa información a los tomadores de decisiones y al público. Acontecimientos como las grandes tormentas de esta primavera nos recuerdan que todos debemos estar preparados para el tiempo, durante todo el año.

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