Las investigaciones sobre la autocompasión muestran que las personas que son compasivas consigo mismas son más felices, más resistentes y optimistas. Nuestro cuerpo tiene un mecanismo de autocompasión incorporado que libera la hormona del «bienestar», la oxitocina, que se activa durante momentos como las interacciones entre padres e hijos, las caricias tiernas y la lactancia. Los niveles más altos de oxitocina aumentan los sentimientos de confianza, calma, seguridad, generosidad, conexión, calidez y compasión.

Podemos aprovechar el sistema natural de autocuración de nuestro cuerpo en cualquier momento a través del tacto calmante. En esta técnica, practicaremos darnos un abrazo a nosotros mismos. Inténtalo la próxima vez que te sientas estresado o molesto, o siempre que quieras sentirte bien.

Práctica de autoabrazos

Quédate quieto dondequiera que estés.

Encuentra una posición cómoda para tu cuerpo.

Si lo deseas, cierra los ojos.

Siente la respiración entrando y saliendo por la nariz.

Permita que su cara se relaje.

Siente el calor de tu corazón.

Ahora rodea tu corazón y tu pecho con los brazos.

En una inspiración profunda, en silencio o en voz alta, diga «yo» y en la exhalación diga «soy amado»

Inspire profundamente por la nariz, mantenga la respiración y exhale lentamente.

Nota cómo te sientes.

Pregunta de reflexión:

¿Qué pensamientos, sentimientos o emociones surgen cuando te abrazas a ti mismo?

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