Pregunta: ¿Por qué las aves de corral se consideran carne a efectos de separar la carne de los lácteos? Las aves no dan leche, así que no estarías hirviendo a un niño en la leche de su madre si mezclas pollo y lácteos.
-Anita, Arkadelphia
Respuesta: Mmmm, leche de pollo. ¿Quieres decir que nunca la has probado?
Pero en serio. De acuerdo con las reglas de kashrut dadas en la Torá, parecería que las aves y los animales terrestres están en diferentes categorías dietéticas. Los animales terrestres deben tener las pezuñas abiertas y rumiar para ser kosher (Levítico 11:3, Deuteronomio 14:6). La Torá no enumera una serie de criterios que deben cumplir las aves para ser kosher, sino que simplemente proporciona una lista de aves que son inaceptables (Levítico 11:13-19, Deuteronomio 14:11-18).
La idea de separar la carne de los lácteos proviene de la prohibición de hervir un cabrito en la leche de su madre. Un cabrito es un animal terrestre, y las aves de corral están aparentemente en una categoría diferente. Entonces, ¿por qué evitar la ensalada César de pollo?
Resulta que las aves no siempre se consideraron carne según la ley judía. Pregunté a mi gurú de la alimentación judía, el profesor David Kraemer del Seminario Teológico Judío, sobre la historia de las aves de corral en la kashrut, y me indicó una mishnah en el Tractate Hullin (8:4) que trata esta cuestión con cierta profundidad.
Se presentan dos opiniones. Una es la de Rabí Akiva, que postula que separar las aves de los lácteos es una prohibición rabínica. Contrarrestando a Rabí Akiva está Rabí Yose Ha-Galili, que no tiene ningún problema con el parmesano de pollo.
En la época de la Mishná la posición de Rabí Yose era la norma en algunas comunidades. Pero Kraemer dice que, hasta donde él sabe, no hay ninguna opinión post-talmúdica que permita comer aves y leche juntos. En el siglo XV, la prohibición de comer aves con productos lácteos se codificó en el Shulhan Arukh (Yoreh Deah 87:3), con la estipulación de que la prohibición es rabínica, no de la Torá.
Kraemer cree que los rabinos decidieron clasificar las aves como carne debido a la sociología de la época.
«En el mundo antiguo, la carne se comía con relativa rareza, principalmente para ocasiones especiales», me dijo Kraemer. «Para las ocasiones especiales más comunes, como el sábado, la carne «más pequeña» habría sido la más común, y ésta era típicamente de ave. Así que la gente simplemente pensaba y hablaba de las aves de corral como carne. Dado que la gente lo consideraba así, los rabinos lo clasificaron así».
Este es un caso clásico de «Si parece una cabra y sabe como una cabra, es una cabra» -aunque, en realidad, sea un pollo o un pato.
Buenas noticias, sin embargo: esas tiras de pollo de soja que se venden hoy en día tienen un sabor bastante parecido al auténtico. Pero no se lo digas al rabino Akiva.