P: ¿No sería la clonación reproductiva una opción aceptable para las personas que, de otro modo, no podrían tener hijos biológicamente emparentados?

A: No. Las pruebas de los intentos de clonación en otros animales demuestran que la clonación reproductiva en seres humanos sería demasiado arriesgada. Además, el número de personas para las que la clonación es la única forma en que podrían tener hijos biológicamente relacionados es muy pequeño. Casi todas las parejas o personas con problemas de fertilidad tienen otras opciones viables para tener hijos, como la fecundación in vitro, el uso de esperma u óvulos de donantes o la adopción. Incluso si la clonación fuera segura, los riesgos sociales que conlleva la convertirían en una opción injustificable.

P: ¿Qué pasa con las parejas de gays y lesbianas que quieren tener un hijo genéticamente emparentado con ellos?

A: La clonación daría lugar a un hijo genéticamente «emparentado» con uno de los individuos de la pareja, pero de una forma sin precedentes en la historia. En el caso de las parejas masculinas, seguirían siendo necesarios un óvulo donado y una madre «de alquiler» para llevar el feto a término. Si la clonación llegara a ser segura, las lesbianas podrían teóricamente tener un hijo sin la participación del hombre, pero cualquier experimento para probarlo sería inevitablemente arriesgado y poco ético.

P: ¿No deberían los padres de un niño que ha muerto poder clonar a ese niño como forma de reparar su pérdida?

A: No. A lo largo de la historia, los padres que han perdido hijos han llorado y buscado consuelo en la familia y la comunidad, y en el proceso han resuelto su sentimiento de pérdida. La idea de que un niño que ha muerto puede ser «sustituido» por su clon es un insulto al niño perdido, a los niños en general y a la dignidad humana.

P: ¿El acceso a la clonación reproductiva no constituiría un «derecho reproductivo»?»

A: No. El derecho a decidir si tener un hijo y cuándo tenerlo es muy diferente al derecho a determinar la composición genética de un niño o a obtenerlo por cualquier medio posible. Un «derecho a la clonación» sería una peligrosa distorsión de la elección reproductiva.

P: ¿Por qué deberíamos preocuparnos por la clonación reproductiva humana si no se espera que se utilice ampliamente?

A: Cualquier esfuerzo por crear un ser humano clonado constituiría una forma inaceptable de experimentación humana. Si la clonación reproductiva llegara a tener éxito técnico y se convirtiera en una práctica aceptada, sería mucho más difícil evitar otras aplicaciones perniciosas de la tecnología de ingeniería genética humana.

P: ¿No es inevitable la clonación reproductiva humana?

A: En absoluto. En una sociedad democrática, la gente tiene el poder de acordar las reglas bajo las que desea vivir. Muchas naciones ya han prohibido la clonación reproductiva. No hay ninguna razón para que Estados Unidos y el resto del mundo no puedan hacer lo mismo.

P: ¿La clonación reproductiva humana no es ya contraria a la ley?

A: Se han aprobado leyes contra la reproducción humana en docenas de países, pero no en todos los países con industrias biotecnológicas avanzadas. Por ejemplo, aunque la clonación reproductiva está prohibida en casi una docena de estados de Estados Unidos, no existen leyes de este tipo a nivel nacional. Por eso debe ser prohibida a nivel internacional, así como por todos los países individuales.

P: ¿Cuál es la diferencia entre la clonación «reproductiva» y la clonación «de investigación», y por qué es esto significativo?

A: Véase la discusión sobre la clonación de investigación. Muchos de los que apoyan la clonación con fines de investigación se oponen a la clonación reproductiva.

Última modificación: 10 de marzo de 2010

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