Actualizado: 26 de agosto de 2019

Publicado: Octubre, 2008

Q. Mi sentido del gusto no es tan bueno como hace unos meses. El único gran cambio en mi salud es que empecé a tomar Capoten además del diurético que tomo desde hace tiempo para controlar mi presión arterial. ¿Me lo estoy imaginando o el nuevo medicamento podría estar afectando a mi sentido del gusto? Si es así, ¿qué puedo hacer al respecto?

A. Cientos de medicamentos de prescripción y de venta libre pueden alterar el sentido del gusto. Suelen hacerlo afectando directamente a los receptores del gusto, modificando la forma en que las papilas gustativas envían y reciben los impulsos nerviosos, o cambiando la cantidad o la composición química de la saliva.

El inhibidor de la ECA captopril (Capoten) se encuentra en este grupo. En algunas personas, el captopril provoca una sensación duradera de amargura o salinidad. En otras, hace que los alimentos dulces sepan salados. Algunas personas notan una disminución del sentido del gusto.

Aunque el captopril es un probable sospechoso, es posible que su diurético pueda estar causando o contribuyendo al problema. Dado que los diuréticos hacen que los riñones eliminen agua del cuerpo, pueden hacer que la boca se reseque. El diurético ahorrador de potasio amilorida puede causar un sabor amargo persistente. Afortunadamente, los cambios en el gusto no son tan frecuentes con los diuréticos más utilizados, la hidroclorotiazida y la clortalidona.

Otros fármacos cardiovasculares de los que se ha informado que alteran el gusto son las estatinas, el clopidogrel (Plavix) y diversos betabloqueantes, bloqueantes de los canales del calcio y fármacos que controlan el ritmo (véase la lista). Entre los fármacos no cardíacos con este efecto secundario se encuentran los antibióticos, los esteroides, los antidepresivos y otros medicamentos estabilizadores del estado de ánimo o del comportamiento, y los fármacos tiroideos.

Agentes reductores del colesterol

Medicamentos cardiovasculares que afectan al gusto:

Inhibidores ACE

captopril (Capoten), enalapril (Vasotec), lisinopril (Prinivil, Zestril)

Bloqueante de los receptores de la angiotensina

losartán (Cozaar)

Agente antianginoso agente

nitroglicerina

Fármacos antiarrítmicos

amiodarona (Cordarone) flecainida (Tambocor), procainamida (Procanbid), propafenona (Rythmol), sotalol (Betapace)

Agente antiplaquetario

clopidogrel (Plavix)

Bloqueante beta

propranolol (Inderal)

Bloqueantes de los canales de calciocalcio

diltiazem (Cardizem, otros), nifedipino (Procardia, otros)

atorvastatina (Lipitor), fluvastatina (Lescol), lovastatina (Mevacor), pravastatina (Pravachol) simvastatina (Zocor)

Diuréticos

amilorida (Moduretic), espironolactona (Aldactone)

Dos posibilidades más: La primera tiene que ver con la edad. A partir de los 60 años, muchas personas experimentan una pérdida gradual del gusto y el olfato. Es concebible que el hecho de que haya empezado a tomar captopril sea una pista falsa y que pueda estar notando un cambio aunque no estuviera tomando el fármaco.

La segunda tiene que ver con el sentido del olfato, que dicta en gran medida el sabor de la mayoría de los alimentos. Las moléculas volátiles que se desplazan de la boca a las fosas nasales producen los complicados sabores del chocolate, la salsa de carne, la pizza, el plátano, la menta, el café y muchos otros alimentos. Los daños causados por los virus, las bacterias, la contaminación y otras agresiones pueden debilitar el sentido del olfato.

El olor, y por tanto el gusto, también puede verse afectado por la obstrucción e inflamación nasal causada por una alergia, el humo de segunda mano u otros irritantes, una infección sinusal persistente o pólipos. Afecciones como la diabetes, la enfermedad hepática, la enfermedad renal, la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson también pueden disminuir los sentidos del gusto y del olfato.

Si el cambio que ha notado en su sentido del gusto se debe efectivamente al captopril, cambiar a otro inhibidor de la ECA o a un tipo diferente de medicamento para la presión arterial puede solucionar el problema. Si se debe a la sequedad bucal provocada por el diurético, pruebe a beber agua a sorbos entre los bocados de comida.

No deje de tomar sus medicamentos sin hablar con su médico. Como sabe, la hipertensión es una de las principales causas de los accidentes cerebrovasculares, que pueden alterar permanentemente todos los sentidos, no sólo el gusto y el olfato.

» Richard L. Doty, Ph.D.Director, Centro del Olfato y el Gusto, Centro Médico de la Universidad de Pensilvania

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